EL MUNDO › LA ETA GOLPEO AL TURISMO EN MEDIO DE LA CUMBRE DE SEVILLA
Tres bombas para recibir a Europa
Fuengirola, Marbella y Zaragoza fueron los tres blancos elegidos por la ETA en la reanudación de su campaña contra el turismo. Las bombas marcaron la apertura de la cumbre europea en Sevilla.
Por Giles Tremlett
Desde Sevilla
Tres turistas británicos, incluyendo dos niños, resultaron heridos cuando la organización separatista vasca ETA detonó dos coches bomba afuera de los hoteles en las localidades de Fuengirola y Marbella en el sur de España ayer. Las explosiones, que hirieron a otras tres personas, fueron programadas para coincidir con la cumbre de los líderes de la Unión Europea, a la que asisten el primer ministro británico Tony Blair y el canciller Jack Straw en Sevilla, a 160 kilómetros de distancia. Una tercera explosión ocurrió en la ciudad de Zaragoza en el estacionamiento de la tienda El Corte Inglés, causando un herido leve.
Un británico llamado Marios Gabriel, de 33 años, fue sometido anoche a una operación en un hospital de Marbella para quitarle las esquirlas alojadas en su pecho por la explosión de Fuengirola. “Tenía una profunda herida en su pecho y astillas que estaban afectando sus pulmones, el diafragma y el bazo” dijo un vocero de la embajada británica en Madrid. Los médicos describieron su condición anoche como “muy seria”. La policía dijo que Gabriel se había levantado temprano y se estaba preparando para vender banderas de San Jorge a los turistas que miraran el partido de fútbol entre Inglaterra y Brasil en los bares locales. Dos anónimos adolescentes británicos, que resultaron con heridas leves por los vidrios que saltaron en la misma explosión, fueron tratados en un puesto sanitario cerca y regresaron con sus familias.
La explosión de Fuengirola, poco después de las 7 de la mañana, sacudió el hotel Las Pirámides de 10 pisos, que estaba lleno de turistas británicos, norteamericanos y alemanes. “Estábamos en la cama y de pronto nos despertó una enorme cantidad de humo y llamas. Luego hubo un silencio tremendo y después montones de gente corrían por todos lados”, dijo Margaret Morrissey de 58 años, de Dorset, Inglaterra, después que la bomba estallara a 50 metros de su habitación. La planta baja y la cafetería del hotel habían sido evacuadas por la policía tras recibir un aviso de ETA, pero la mayoría de los huéspedes todavía estaba durmiendo. La explosión voló casi todos los vidrios de las ventanas del hotel, y la parte más afectada fue la que albergaba a 50 estudiantes norteamericanas.
“Lo que era muy extraño es que cerraran todas las puertas y nos encerraran dentro del edificio. En la habitación donde estamos sentadas, todas las ventanas han saltado y todavía hay mucho vidrio en el suelo”, dijo Morrissey. “Es lo más cerca que he estado a la muerte. Me voy buscando un poco de paz a una linda pequeña ciudad española y termino a metros de una bomba”, dijo. Los medios españoles informaron ayer que Gabriel había cruzado el cordón policial que rodeaba el coche bomba, después de malinterpretar las instrucciones que le gritaba la policía.
El segundo coche bomba explotó cinco horas más tarde afuera del hotel cuatro estrellas Sultán en la elegante ciudad de veraneo de Marbella. La policía tuvo tiempo de acordonar el área y detonar la bomba, que causó daños significativos a los edificios vecinos y a los automóviles estacionados en las cercanías. El canciller británico Jack Straw, que estaba en Sevilla, denunció el ataque y prometió hacer todo lo que pudiera para ayudar a las víctimas y a sus familias. “Me gustaría expresar y profundo pesar y molestia por lo que causaron los dos coches bomba que explotaron en el sur de España –dijo–. Mi condena de este ultraje es absoluta y la misma sin considerar la ciudadanía de aquellos que fueron heridos. Nuestro corazón está con todos aquellos heridos y sus familias y amigos.” Straw recordó a los periodistas que había puesto a ETA en la lista de formaciones prohibidas en Gran Bretaña mientras fue ministro del Interior.
Funcionarios del gobierno español dijeron que ETA parecía haber reanudado una campaña contra blancos turísticos, aunque sostuvieron que no hay una unidad permanente de ETA operando en la popular área de la Costa del Sol que incluye a Fuengirola y Marbella, así como Torremolinos y Mijas. “Esta debe haber sido obra de una unidad itinerante de ETA que probablemente vino aquí, dejó la bomba y se fue”, dijo José Torres, un funcionario del gobierno. “ETA ataca donde y cuando puede, y cuando hay reuniones atacar provoca un mayor impacto en los medios, y aprovechan para sacar ventaja”, dijo Pío Cabanillas, un vocero del gobierno a los periodistas en Sevilla. Las explosiones ocurrieron a pesar de las recientes afirmaciones españolas que dos veces habían frustrado campañas de ETA contra blancos turísticos este verano después que cinco miembros de ETA fueran detenidos en Francia y Valencia.