Aviones de guerra israelíes continuaron su bombardeo del Líbano ayer, desafiando una demanda del secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, para un inmediato cese del fuego en el noveno día de una guerra que ha llevado el castigo colectivo a la población del Líbano. Dos países, Estados Unidos y Gran Bretaña, rechazaron de forma desafiante apoyar el pedido para un inmediato cese del fuego entre Israel y las milicias de Hezbolá. Su ambivalencia sobre la muerte de civiles en el Líbano le ha dado a Israel una fuerte señal de que puede continuar sus ataques con impunidad.

La ofensiva terrestre de Israel contra Hezbolá fue frenada ayer, cuando murieron seis de sus soldados en enfrentamientos en el sur del Líbano. Por el lado de las filas del movimiento chiíta se reportaron tres bajas. La aviación israelí atacó un búnker ocupado por varios dirigentes del movimiento chiíta en el barrio de Burj Barajneh, al sur de Beirut, y también bombardeó el cuartel general de Hezbolá en la periferia sur de la capital. A lo largo del país se elevaban nubes de humo mientras continuaba el bombardeo aéreo y se apresuraba la evacuación de ciudadanos extranjeros, incluyendo los de origen estadounidense. Israel dijo que permitiría que la ayuda humanitaria llegara al Líbano, mientras la furia internacional crecía por las bajas civiles, que ya suman más de 300.

Kofi Annan utilizó su emotiva declaración ante el Consejo de Seguridad para reflejar el descontento internacional sobre el costo humano de la respuesta israelí a los ataques de cohetes de las milicias de Hezbolá. “Lo que se necesita más rápidamente es un inmediato cese de hostilidades”, dijo el secretario general. Sin embargo, agregó que había serios obstáculos para llegar a un cese del fuego o incluso disminuir la violencia rápidamente. Un funcionario cercano al secretario general dijo que éste había sostenido consultas con todos antes de realizar su declaración. También se esperaba que Annan informara anoche a la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, acerca de las conclusiones de la misión de la ONU, que recomendó un cese temporario de las hostilidades.

La declaración del secretario general de la ONU fue duramente criticada por Israel y Estados Unidos. En Londres, la ministra de exteriores, Margaret Beckett, dijo al Gabinete que aquellos que llaman a un cese de hostilidades, incluyendo el gobierno francés, estaban de hecho demandando un cese del fuego de un solo lado, “con cohetes todavía siendo disparados contra Israel”. “Lo primero que debe ser atendido es el cese del terrorismo antes de que podamos hablar de cese de hostilidades”, dijo el embajador israelí en la ONU, Dan Gillerman, utilizando un lenguaje similar. “Como hemos dicho repetidamente, lo que buscamos es un cese de hostilidades de larga duración, que forma parte de un cambio integral en la región y parte de sentar bases reales para la paz, pero aún nadie ha explicado cómo uno conduce un cese del fuego con un grupo de terroristas”, dijo el embajador norteamericano, John Bolton.

Gran Bretaña y Estados Unidos dicen que no están en contra del cese del fuego, pero que Hezbolá debe detener primero el lanzamiento de misiles desde el sur del Líbano contra ciudades israelíes, y liberar a los dos soldados secuestrados. Pero países como Rusia, que están pidiendo un inmediato cese de los combates, han acusado a Israel de albergar objetivos estratégicos más amplios que un simple regreso de los soldados. Aunque acusó a las milicias de Hezbolá de “mantener como rehén a toda una nación”, el embajador de ese país acusó a Israel de una respuesta desproporcionada. Por su parte, Tony Blair explicó en detalle la posición británica el miércoles. “Esto llegaría a su fin ahora si los soldados que fueron secuestrados fueran liberados –dijo–. Esto llegaría a su fin si los cohetes no fueran lanzados a Haifa para matar a civiles inocentes. Si esas dos cosas sucedieran, déjenme prometerles... Yo sería el primero en decir ‘Israel debe detener esta operación’”, indicó el primer ministro.

Gran Bretaña, Estados Unidos, Israel y muchos otros de los 189 miembros de la Asamblea General de la ONU manifestarán sus posiciones públicamente hoy, en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, mientras los 15 miembros del Consejo intentan alcanzar un consenso sobre cómo dar fin a este conflicto. Pero las posiciones de los cinco miembros permanentes del Consejo parecen reflejar cada vez más aquellas posturas anteriores a la invasión a Irak –con Estados Unidos y Gran Bretaña por un lado, y Francia, Rusia y China por el otro–. Francia es presidente del Consejo este mes y, por lo tanto, está encargado de intentar cerrar la brecha entre ambos lados. La Unión Europea (UE) dijo ayer que era esencial un cese del fuego antes que ninguna misión de paz internacional pudiera desplegarse al sur del Líbano y afirmó que los dos lados en combate no “estaban escuchando lo suficiente a los pedidos para ponerle fin a la violencia”.

En tanto, el frente de guerra seguía abierto en Gaza, donde ayer murió una persona y otras ocho resultaron heridas en tres ataques diferentes llevados a cabo por la aviación israelí contra el campo de refugiados palestino de Al Moadi, en el centro de la franja de Gaza. El nuevo embajador palestino en Argentina, Farid Suwwan, admitió ayer que teme quela guerra en Medio Oriente “se extienda a Siria e Irán”, pero confió en que durante las próximas 48 horas se logre un cese del fuego en la región. “Por eso es tan importante la intervención del Consejo de Seguridad de la ONU, para que la guerra no se generalice”, indicó el diplomático.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Virginia Scardamaglia y Celita Doyhambéhère.