Viernes, 21 de julio de 2006 | Hoy
EL MUNDO › POR LA SALIDA AL MAR QUE RECLAMA EVO MORALES PARA BOLIVIA
La oposición se abalanzó sobre la “agenda marítima” pactada por el gobierno con Bolivia para fustigar la política exterior de Bachelet.
Las conversaciones a agenda abierta con Bolivia despertaron el nacionalismo en la derecha chilena. Una lluvia de críticas cayó sobre el gobierno de Michelle Bachelet ayer, luego de que el vicecanciller, Alberto van Klaveren, afirmara el martes que no habrá temas excluidos en las negociaciones con La Paz. “La soberanía no se cede ni se conversa”, cuestionó el senador y líder de la Unión Democrática Independiente (UDI), Hernán Larraín. Desde el Partido Renovación Nacional (RN), del ex candidato presidencial Sebastián Piñera, también se mostraron preocupados por el curso que está tomando la política exterior, a la que calificaron de “improvisada”. Aunque el oficialismo rechazó estas críticas como parte de la “pequeña política interna”, tanto Bachelet como su canciller, Alejandro Foxley, se vieron obligados el miércoles a garantizar una y otra vez que no se discutirá soberanía.
Ante el revuelo causado por la “agenda marítima”, la presidenta afirmó que, sin modificar los límites fronterizos, se está intentando avanzar en las conversaciones para cumplir una de sus primeras promesas como gobierno: “Queremos tener las mejores relaciones con todos los vecinos”. Pero de poco sirvió esta aclaración. En su edición de ayer, el diario conservador El Mercurio explicó el descontento de la oposición.
“A una improvisación que puede poner en jaque los intereses del país, y que se suma al desorden interno y a la falta de un rumbo claro, atribuyeron en la oposición la apertura del gobierno a conversar el tema marítimo con Bolivia,” aseguró.
Pero el grito nacionalista de la derecha no es del todo sincero. En una conferencia de prensa, el senador Larraín aseguró que el gobierno está rompiendo la política exterior que se venía defendiendo hace más de un siglo. “Nunca Chile ha aceptado poner en una mesa de negociación este tipo de tema”, sostuvo el legislador de la UDI. Pero irónicamente, la única vez que se propuso ceder territorio soberano a Bolivia en este último siglo fue durante la dictadura de Augusto Pinochet, régimen en el que participaron muchos de los actuales dirigentes de la UDI. En 1975, el ex dictador firmó un acuerdo con su homólogo Hugo Banzer en el que le ofrecía una salida al mar soberana a través del norte de la provincia chilena de Arica. Esta iniciativa estuvo impulsada principalmente por la situación de aislamiento que sufría el gobierno de facto chileno y la convivencia entre las dictaduras de la región. La propuesta finalmente fracasó por la oposición que creó –no en Chile, sorpresivamente– sino en Perú, ya que cualquier acuerdo debería incluir también a este país.
Para el sociólogo chileno Manuel Antonio Garretón, la política un poco errante del gobierno es entendible ya que el paso de la tesis tradicional nacionalista a una visión más revisionista del problema boliviano no puede ser inmediato. “Se ha ido más allá de la tesis tradicional. Estamos dispuestos a negociar, pero no se puede iniciar dejando esta histórica visión”, aseguró en diálogo con Página/12. Este proceso, explicó el académico, llevará mucho tiempo, reuniones y cuestionamientos de la oposición y de los propios chilenos –según un reciente sondeo el 60 por ciento no está de acuerdo con ceder una salida al mar a Bolivia–. “En el curso de las negociaciones se va a ir generando la conciencia de que se necesita una revisión de los tratados”, pronosticó Garretón.
A pesar de las críticas de la derecha y el rechazo de gran parte de la opinión pública chilena, Garretón está convencido de que Bachelet tiene un escenario internacional más favorable que su predecesor para conseguir solucionar este diferendo histórico. “A (Ricardo) Lagos, (Carlos) Mesa se lo hizo imposible. Mesa tenía que mostrarse duro en las negociaciones para legitimarse al interior de su país. Evo Morales no necesita este tipo de legitimación”, explicó el sociólogo chileno. Los dos gobiernos, el chileno y el boliviano, están por primera vez en sintonía y deben aprovecharlo. La reunión bilateral hoy en el marco de la Cumbre del Mercosur representará la primera prueba a la determinación de Bachelet de continuar con este proceso.
Informe: Laura Carpineta.
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