Miércoles, 2 de agosto de 2006 | Hoy
EL MUNDO › AYER SIGUIERON LOS BOMBARDEOS Y LOS COMBATES EN LA FRONTERA
El gabinete de seguridad aprobó ampliar la ofensiva terrestre y hubo combates y muertes en la frontera. También siguió el intercambio de bombas y misiles, aunque con menor intensidad. Olmert dijo que Israel ya ganó la guerra, pero Hezbolá no se rinde.
Israel continuó ayer sus bombardeos sobre el Líbano, después de que el gabinete israelí aprobó ampliar la ofensiva terrestre. Los enfrentamientos entre el ejército israelí y los milicianos de Hezbolá continuaron en varias ciudades del sur del Líbano, mientras Israel intervino por unos minutos la emisora del grupo islámico para transmitir un mensaje a los combatientes enemigos.
El gabinete israelí acordó ayer a puertas cerradas y de forma unánime la ampliación de la ofensiva terrestre, una semana después de haberla restringido tras la muerte de 14 de sus soldados en una emboscada en la ciudad de Bint Jebel. Su objetivo es llegar a un eventual cese de fuego en condiciones diferentes a las de antes del comienzo de la guerra. La decisión del gabinete desató un sangriento enfrentamiento en la frontera. Ayer, Israel afirmó haber dado muerte a una veintena de milicianos de Hezbolá en los combates sucesivos de las últimas 48 horas. El ministro de Infraestructura Nacional de Israel, Benjamin Ben-Eliezer, afirmó que se necesitaban entre 10 y 14 días para terminar de debilitar a Hezbolá en la zona en la que su país consideraba que debía desplegarse la fuerza multinacional.
Pero no le está resultando fácil doblegar a su enemigo. Portavoces de la milicia chiíta indicaron que en las localidades fronterizas de Kfar Kila y Aita al Shaab se produjeron fuertes enfrentamientos, que obligaron a la retirada del ejército israelí tras la muerte de tres de sus soldados. Durante la noche, las fuerzas armadas israelíes intervinieron durante algunos minutos la televisión de Hezbolá, Al Manar, presentando fotos de cadáveres con textos dirigidos a los militantes del grupo chiíta libanés. Una de las fotografías mostraba un cadáver boca arriba, con un pantalón de camuflaje idéntico a los que usa el ejército de Estados Unidos, un casco y una leyenda en árabe: “Esta es la foto del cadáver de un miembro de las fuerzas especiales de Hezbolá”. Y debajo: “Nasralá miente: no somos nosotros quienes ocultamos nuestras bajas”. A continuación se mostró una foto de Nasralá que advertía: “Miembros de Hezbolá, presten atención, él miente”, y después otra imagen de un cadáver con la leyenda: “Existe un gran número de cadáveres de este tipo en el terreno. Nasralá les oculta la verdad”.
Además de enfrentarse en tierra, los ataques de ambos grupos continuaron por aire. Hezbolá atacó con cohetes, aunque con menos intensidad que en días anteriores, ya que cayeron sólo trece misiles y un obús de mortero, a diferencia de otras jornadas, en los que el número de proyectiles llegaba a más de cien. Por su parte, la aviación israelí realizó doce incursiones aéreas en los alrededores de Baalbeck, al este del Líbano, a pesar de que había declarado una tregua de 48 horas que duraba hasta hoy por la mañana, después de la masacre de Qana, donde el domingo murieron 57 personas. Los ataques israelíes provocaron ayer la muerte de otros tres civiles libaneses, esta vez una mujer y sus dos hijas, después de que fuera impactada su casa, en una localidad cercana al puerto de Sidón, 41 kilómetros al sur de Beirut. Un vocero del gobierno israelí anunció que a partir de hoy los bombardeos se intensificarán.
Por otra parte, el éxodo de la población en la sureña región de Tiro (ver aparte) se aceleró ayer debido a un ultimátum israelí que llamó a la población a abandonar la región de inmediato y dirigirse hacia el norte. El objetivo del ejército es controlar el territorio que va hasta el río Litani. “Horribles ataques terroristas son lanzados desde las regiones donde habitan. El ejército israelí actuará desde ahora con toda su potencia contra los terroristas”, decían los volantes que fueron distribuidos en la zona. El alcalde de Tiro, Abdel Mohsen Husseini, dijo que en esa ciudad de 100 mil habitantes sólo quedan 15.
Los mensajes israelíes fueron dirigidos no sólo a los enemigos sino también a sus propias filas. “Estamos en el comienzo de un proceso político que al final llevará a un cese del fuego en condiciones distintas a las de antes”, dijo ayer el primer ministro Ehud Olmert ante el Colegio para la Seguridad Nacional. “Aceptaremos un cese el fuego cuando sepamos con certeza que las condiciones que prevalecen en el terreno son distintas a las que causaron el inicio de esta guerra”, indicó el premier, quien agregó que “aunque la campaña militar terminara hoy, el rostro de Medio Oriente ya habría cambiado luego del gran éxito que el Estado de Israel, el ejército y el pueblo han conseguido”.
Los ataques continuaron también en la Franja de Gaza, donde Israel realiza bombardeos desde el 25 de junio, cuando militantes islamistas secuestraron al soldado israelí Gilad Shalit. Al menos dos personas murieron y seis resultaron heridas ayer en el norte de la Franja a causa de un ataque aéreo israelí.
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