Lunes, 28 de agosto de 2006 | Hoy
EL MUNDO › EL JEFE DE LA GUERRILLA DIJO QUE NEGOCIA EL CANJE DE PRESOS, TEL AVIV LO NEGO
Nazralá, líder de la milicia libanesa, dijo que no habrá un segundo round con Israel y que no hubiera secuestrado a los soldados de haber sabido que iba a provocar tamaña reacción. Según él, se está negociando el canje de prisioneros. Pero fuentes israelíes lo desmienten.
El líder de Hezbolá, Hassan Nasralá, adelantó que no habrá un “segundo round” con Israel, a pesar de las advertencias que continúa haciendo el gobierno de Ehud Olmert. Además, el jefe de la milicia chiíta libanesa anunció que ya comenzaron las negociaciones con las autoridades israelíes por el intercambio de prisioneros. Estas conversaciones tendrán un mediador internacional, que podría ser Italia o Alemania. En Tel Aviv, sin embargo, funcionarios del gobierno Olmert desmintieron que estuviesen negociando con Hezbolá, según informó la radio estatal israelí. En la primera entrevista después del inicio del cese de fuego, el líder chiíta también expresó su apoyo al despliegue de la fuerza de la ONU en el sur libanés, “siempre y cuando no intente el desarme de la milicia”. Alrededor de siete mil soldados de paz europeos llegarán a la región en un plazo de una semana para respaldar a las 15 mil tropas libanesas, que en los últimos días se movilizaron para reemplazar a los hombres de Hezbolá.
El hermano de uno de los dos soldados secuestrados por la milicia libanesa el 12 de julio pasado se mostró escéptico sobre las negociaciones para la liberación de su hermano y afirmó que, en su opinión, todavía no han empezado. “Creo que las declaraciones de Nasralá son un llamado para el gobierno israelí para que comience a dialogar con Hezbolá”, aseguró Benny, el hermano del soldado Eldad Regev, al diario Haaretz. Benny parece tener razones para dudar. En su entrevista con el canal libanés NTV, Nasralá aseguró que los contactos con Israel “empezaron recientemente”. Sin embargo, el presidente del Comité de Defensa del Parlamento italiano, Sergio de Greggorio, afirmó que las negociaciones podrían comenzar en una semana. El propio Nasralá reconoció que Roma “está tratando de meterse” en las conversaciones. Pero no sería el único. Según el diario egipcio Al Ahram, las negociaciones estarían a cargo de Alemania, país que ya negoció un canje de prisioneros entre Israel y Hezbolá en 2004. La canciller israelí Tzipi Livni volvió ayer de Berlín, donde dialogó con el gobierno sobre su participación en la misión de paz.
Mientras toda la atención estaba puesta en los rumores sobre un proceso de negociación para liberar a los prisioneros –de ambos lados– y los últimos ajustes para asegurar el despliegue de las tropas internacionales y del ejército libanés en el sur del país, Nasralá sorprendió con una autocrítica. El jefe de Hezbolá aseguró ante las cámaras que no hubiera secuestrado a los dos soldados israelíes en la frontera si hubiese sabido –“aun con un uno por ciento de certeza”– que iba a provocar una ofensiva militar de tal magnitud.
Después de semanas de negociación, la Finul –la misión de paz de Naciones Unidas en el Líbano– parece haber madurado y ya estaría lista para desplegarse. Ayer Kofi Annan le comunicó a Olmert que un refuerzo de siete mil soldados europeos llegaría en la próxima semana al territorio para fortalecer al actual contingente de la ONU. Italia prevé la salida mañana de sus primeros efectivos, que ascenderán en total a unos tres mil hombres. El líder de la misión, Francia, que ya tiene a 400 militares sobre el terreno, sumará los otros 1600 que prometió en un plazo de 20 días, según informó la ministra de Defensa francesa, Michele Alliot-Marie. España aportará 950 soldados, según aseguró la radio Cadena Ser, aunque todavía no se sabe cuándo iniciará el traslado. Los otros países europeos que participan serán Bélgica –394 hombres–, Polonia –entre 500 y 800 hombres– y Finlandia –más de 200 hombres–. Alemania, Holanda y Grecia sólo cooperarán con fuerzas navales para tareas de logística y de transporte.
En Israel, en tanto, Olmert volvió a hacer referencia a las victorias del país en este conflicto. Según afirmó el premier en la reunión de gabinete de ayer, antes de la guerra hubiera sido inimaginable pensar que el Ejército libanés se desplegaría en el sur del Líbano. Sin embargo, no fue una victoria para Tel Aviv. El gobierno está siendo presionado para investigar los supuestos errores que causaron más de mil libaneses muertos, muchos de ellos niños. Además, y a pesar del alto el fuegoactual, Nasralá volvió a afirmar ayer que su retirada del sur libanés no significa el fin de su resistencia contra Israel.
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