El pontífice Benedicto XVI vuelve a intentar remendar la situación con el mundo islámico. Después de tres intentos fallidos, el Papa decidió reunirse con los embajadores de todos los países musulmanes que se encuentran acreditados en el Vaticano. La idea es, una vez y por todas, terminar con la polémica que explotó después que Benedicto citara un texto medieval que calificaba al Islam de “maligno e inhumano”.

Los embajadores de países poblados mayoritariamente por musulmanes fueron invitados a la reunión de representantes del Islam en Italia. Los representantes de Siria, Qatar y Sudán ya adelantaron que no participarán de la reunión que se realizará hoy a la mañana en la residencia de verano de Benedicto, el Castillo Gandolfo, en las afueras de Roma. Marruecos, Irán y Turquía –a donde viajará el papa a finales de noviembre– ya confirmaron su presencia.

Además, Benedicto estaría organizando una conferencia en la Universidad de Al Azhar, en El Cairo, para explicar sus declaraciones sobre el Islam –que también había hecho en una universidad–. La propuesta del Vaticano es que Benedicto pronuncie una conferencia en la universidad Al Azhar, la más importante para los sunnitas, según informaron ayer fuentes del gobierno egipcio.