EL MUNDO › LOS ECUATORIANOS OPTARON POR LOS CANDIDATOS “DUROS” DE LA DERECHA Y DE LA IZQUIERDA

Ecuador se polariza más y va a ballottage

El neoliberal Alvaro Noboa y el izquierdista Rafael Correa se impusieron en las presidenciales de ayer, pero ninguno obtuvo los votos suficientes para ganar en primera vuelta. Según resultados no definitivos, el primero lo aventajaba poco más de cinco puntos al segundo (27,47% a 21,95%). Correa, el favorito, denunció que hubo fraude.

Ecuador demostró ayer que no hay mayorías. Casi empatados, el izquierdista Rafael Correa y el multimillonario Alvaro Noboa se impusieron y se enfrentarán en una segunda vuelta, el 26 de noviembre próximo. Con 21,95 por ciento y 27,47, respectivamente, los dos candidatos se distanciaron del tercer presidenciable, Raúl Roldós, que sólo obtuvo 15,8 por ciento de los votos, según resultados parciales. Aunque no hubo una victoria definitiva ayer, el comando de Noboa estaba de fiesta anoche. “Estamos muy satisfechos”, aseguró la jefa de la campaña, Gloria Gallardo. Los seguidores de Correa no festejaron. No sólo esperaban quedar primeros sino que tenían la esperanza de lograr imponerse en primera vuelta, como venía pronosticando el líder de izquierda.

Para el analista de Flacso en Ecuador, Simón Pachano, lo que ganó ayer fueron dos proyectos radicales y dos discursos profundamente antipartidos. “El ascenso de Noboa de las últimas semanas, y el que demostró hoy (por el domingo), fue un producto de la polarización que fue sufriendo la campaña”, le explicó a este diario el analista ecuatoriano. Por eso, continuó, será muy difícil que el resto de los candidatos presten abiertamente su apoyo a uno u otro. El gran perdedor de estas elecciones, el socialdemócrata Roldós, hizo exactamente eso ayer, al admitir sus derrota. No quiso tomar partido ni por Correa ni por Noboa, a los que había caracterizado durante la campaña, una y otra vez, como “los extremos”. Correa, no obstante, pronosticó la creación de un gran frente en su contra para noviembre. “Pero los ciudadanos somos más y venceremos”, les prometió a sus seguidores, que lo acompañaron toda la tarde.

Al poco tiempo de conocerse las primeras bocas de urna, el candidato izquierdista de Alianza País salió a rechazarlas públicamente. “Estos resultados son falsos, hemos vencido por lo menos con dos puntos de ventaja”, aseguró Correa. “Hago un llamado a todos mis seguidores a estar atentos porque a esta situación quería llegar la oligarquía para consumar el fraude”, advirtió a un grupo de simpatizantes que esperaban fuera de su comando electoral. El joven economista recordó que ya había pedido el relevo del jefe de la misión de observadores de la OEA, Rafael Bielsa, ya que no le inspiraba confianza (ver recuadro).

Noboa, en cambio, salió a festejar. “El pueblo le acaba de dar el más grande correazo que le pueda dar a un amigo de terroristas, un amigo de Chávez, un amigo de Cuba”, afirmó en una de sus primeras reacciones, luego de conocerse los primeros resultados. El candidato de derecha también adelantó que de ganar en noviembre romperá “las relaciones políticas” con Venezuela y Cuba. El tono agresivo y claramente ideológico que Noboa decidió utilizar en su primera aparición podría ser una primera muestra de lo que será la próxima etapa de la campaña, de cara al ballottage. Mientras disfrutaba su triunfo, en el interior de una de sus empresas más importantes se preparaba la verdadera fiesta. En el sur de Guayaquil, los seguidores del multimillonario preparaban una gran tarima dentro de la Industrial Molinera SA, con un sistema de sonido y luces para la presentación de un espectáculo, y la posterior aparición de Noboa.

La gran sorpresa ayer la dio Gilmar Gutiérrez, el hermano del destituido presidente Lucio Gutiérrez. Contradiciendo a las encuestas, Gilmar quedó cuarto en la carrera presidencial ecuatoriana. Con un apoyo del 15,2 por ciento, el líder de Sociedad Patriótica –el mismo partido que llevó al poder a su hermano en el 2002– consideró que el resultado es un éxito absoluto. Para Pachano, el importante apoyo que recibió Gilmar demuestra que el aparato clientelístico que había construido Gutiérrez durante su gobierno todavía no ha sido desmantelado.

El gran ausente de la campaña, el movimiento indigenista, no tuvo la suerte de Gilmar. Como lo venían adelantando los sondeos de campaña, el líder del Movimiento Pachakutik, Luis Macas, obtuvo el 2 por ciento de los votos. “No importa que no gane. Los pobres seguiremos luchando por nuestros derechos, por una democracia que ponga fin a la exclusión”, aseguró una mujer de la comunidad de Saraguro.

Mientras Macas y Correa denunciaban la posibilidad de un fraude electoral, Roldós elegía, en cambio, poner la lupa sobre el clientelismo. “Lamento que los ecuatorianos hayan elegido a los candidatos con las chequeras más grandes”, acusó el socialdemócrata. Correa había sido acusado durante la campaña de recibir ayuda financiera de su amigo, el presidente venezolano. Sin embargo, esto nunca fue probado y, más tarde, llegó a ser desmentido por el gobierno de Caracas y por el propio Palacio. En realidad, la denuncia estaba dirigida a Noboa. Sin ningún problema financiero, la campaña se dedicó al reparto de sillas de rueda y electrodomésticos en las comunidades más pobres del país. En las dos elecciones pasadas, en las que Noboa participó y perdió en segunda vuelta, nunca había realizado una campaña basada tan abiertamente en una red clientelar, recordó Pachano. Y no es casual que el multimillonario haya elegido esta herramienta. Cerca del 60 por ciento de los ecuatorianos vive en la pobreza. Esta porción de la población se convierte en un electoral fácil si se tiene en cuenta que el voto es obligatorio.

Más allá de si Correa o Noboa obtienen una pequeña ventaja, lo importante del resultado de ayer es que el país se ha vuelto a polarizar (si es que alguna vez no lo estuvo). La elección de dos propuestas totalmente opuestas difícilmente darán lugar a un gobierno de amplio consenso. “Gane quien gane, el próximo presidente será muy débil y la inestabilidad continuará”, afirmó con marcado pesimismo el investigador de Flacso. No sólo se acentuará aún más la división ideológica al tener que elegir entre uno de los dos proyectos sino que, además, ninguno tendrá mayoría en el Congreso como para poder viabilizarlo. Noboa sólo conseguirá entre 20 y 25 diputados –el Congreso es unicameral– y Correa ninguno, ya que no quiso presentar candidatos. La dispersión política amenaza una vez más con debilitar a un presidente en Ecuador.

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“El pueblo le dio un correazo a un amigo de Chávez”, dijo Noboa.
“Los ciudadanos somos más y venceremos”, prometió Correa.
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