Irán comenzó a alimentar con gas una segunda instalación de enriquecimiento de uranio, en lo que parece un gesto de desafío a las grandes potencias, entre ellas Estados Unidos. “La segunda cascada de centrifugadoras para enriquecimiento fue instalada hace dos semanas y el gas fue inyectado allí esta semana”, indicó ayer una fuente oficial anónima según la agencia de noticias iraní ISNA. La fuente indicó que todas las gestiones se realizaron con el completo conocimiento de los inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), lo que fue confirmado por el ministro ruso de Defensa, Serguei Ivanov. Sin embargo, la noticia no fue bien recibida en Estados Unidos.

“Esto me indica que debemos redoblar nuestros esfuerzos para trabajar con la comunidad internacional para persuadir a los iraníes de que sólo habrá aislamiento del mundo si continúan trabajando en tal programa”, afirmó el presidente norteamericano George W. Bush. “La idea de que Irán tenga un arma nuclear es inaceptable. Es inaceptable para Estados Unidos y es inaceptable para los países que están trabajando con Naciones Unidas para enviar un mensaje común a Teherán”, agregó.

El anuncio de Irán tiene lugar mientras se está discutiendo un proyecto de resolución redactado por Estados Unidos y sus aliados, que será presentado ante el Consejo de Seguridad de la ONU. Ese texto prevé un embargo sobre todo material que pueda contribuir con los programas nucleares y de misiles balísticos de Irán, así como sobre todo suministro de formación técnica o financiera vinculado con dichos programas. También prevé sanciones específicas –prohibición de viajar al extranjero y congelación de los activos financieros en el extranjero– contra toda persona involucrada en estos programas.