Sábado, 18 de noviembre de 2006 | Hoy
EL MUNDO › EN SU VISITA A HANOI NO PUDO EVITAR EL PARALELO CON LA INVASION DE IRAK
Muy lejos del cálido recibimiento ofrecido a su predecesor, Bill Clinton, Hanoi recibió a Bush con una mezcla de frialdad e indiferencia. Pero el presidente norteamericano no evitó la comparación inevitable y dijo, desafiante, que la lección es persistir hasta triunfar. El gobierno vietnamita aprovechó para mostrarse.
Por José Reinoso *
Desde Hanoi
El presidente George W. Bush llegó ayer a Hanoi cargando con el fantasma de dos guerras sobre sus espaldas: el conflicto de Vietnam, en el que Estados Unidos fue vencido hace tres décadas, y el de Irak, que causó la derrota de su partido en las elecciones legislativas hace dos semanas. Bush aseguró que el fracaso en Vietnam muestra que las profundas divisiones se pueden curar con el tiempo. “Tendemos a querer resultados instantáneos, y la tarea en Irak va a llevar un tiempo”, dijo Bush.
“Mi primera reacción es que la historia es una larga marcha, las sociedades cambian y las relaciones pueden ser alteradas constantemente para mejor”, dijo el presidente estadounidense en la capital vietnamita, donde este fin de semana participará en el Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC). Pero al mismo tiempo advirtió, refiriéndose a Irak: “Venceremos, salvo que nos marchemos”. Bush es el segundo presidente norteamericano, y el primero republicano, que visita Vietnam desde la derrota en 1975, tras el viaje que realizó Bill Clinton en 2000.
En este viaje, Bush no ha podido evitar el paralelismo entre los dos conflictos, y la prueba es que sus primeras declaraciones no han sido sobre comercio y economía, que son los ejes de la cumbre de APEC, sino sobre las dos guerras. Bush calificó el conflicto en el país árabe de “gran lucha” y dijo que lo que ocurre es que “va a llevar un largo período que la ideología de la esperanza, que es la ideología de la libertad, se imponga a la ideología del odio”.
El presidente estadounidense almorzó con su gran aliado John Howard, primer ministro de Australia, con quien “pasó mucho tiempo hablando de la guerra contra el terror, en particular de la situación en Irak”, dijo Tony Snow, portavoz de la Casa Blanca. Según su vocero, el mandatario norteamericano mostró su agradecimiento con Australia por la ayuda militar en Irak. También habría reconocido que existen interrogantes sobre la estrategia militar y el despliegue de los 144.000 soldados estadounidenses. “El trabajo se hará”, le dijo Bush a Howard, que a su vez se comprometió a no abandonar el país.
El recibimiento que otorgó la capital vietnamita a Bush dista mucho del que vivió Clinton, cuando la multitud se volcó a las calles para recibir al presidente estadounidense. Más que devotos fueron curiosos quienes vieron pasar ayer la comitiva oficial, en medio de fuertes medidas de seguridad.
Al hervidero de motocicletas, coches y bicicletas que es habitual en Hanoi se sumó el ulular de las sirenas de las caravanas de vehículos oficiales. Un total de 15.000 policías ha sido repartido por la ciudad, en un despliegue de seguridad nunca visto aquí. Hanoi luce engalanada con flores frescas y artificiales, con la bandera roja del país en miles de edificios y con pancartas de la cumbre por todos lados. La cumbre se ha convertido en una gran apuesta de proyección internacional para el gobierno. Vietnam se incorporará a finales de este año a la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Bush dijo que se mostró conmovido cuando su comitiva pasó junto al lago Truc Bach, donde el hoy senador republicano por Arizona –y potencial candidato en las elecciones presidenciales de 2008– John McCain fue capturado tras haber saltado en paracaídas después de que su avión fuera derribado durante la guerra. En la autopista que conduce del aeropuerto a la capital, un pórtico recuerda el pasado doloroso del país. En el lado derecho, un cartel da la bienvenida a los participantes en la cumbre –más de 10.000 personas, entre delegados, organizadores y periodistas–. En el izquierdo, otro cartel reza: Hanoi, la ciudad de la paz.
El presidente norteamericano tiene previsto visitar hoy el centro de información de prisioneros de guerra y desaparecidos en combate, donde expertos de los dos países siguen intentando identificar restos de soldados estadounidenses muertos en el conflicto. Durante años la cuestión de los “desaparecidos en acción” había sido el principal obstáculo en la normalización de relaciones entre Estados Unidos y Vietnam. Fogoneado por el lobby de veteranos de guerra en Washington, de fuertes lazos con el Partido Republicano, el tema fue motivo de varias operaciones de búsqueda en territorio vietnamita, además de inspirar la saga de Rambo, entre otras películas, que instalaron en el imaginario popular la idea de que decenas de soldados norteamericanos permanecen en cárceles secretas desde la guerra, aunque la mayoría de los “desaparecidos en acción” eran pilotos caídos en zonas de difícil acceso.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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