Sábado, 2 de diciembre de 2006 | Hoy
EL MUNDO › REZO CON MUSULMANES Y ORTODOXOS Y ESO CAYO BIEN
Por Enric González *
Desde Roma
“Creo que para el pastor supremo de la Iglesia Católica el diálogo es un deber. Doy gracias al Señor por haber podido dar una señal de diálogo y de mayor comprensión entre las religiones y las culturas, en particular con el islam”. Con estas palabras, pronunciadas en el aeropuerto de Estambul, Benedicto XVI concluyó ayer su viaje a Turquía. Tanto el Vaticano como el gobierno y la prensa turcos hicieron un balance muy positivo de la visita, en la que el Papa dio un espaldarazo a las aspiraciones europeas de Turquía, tendió la mano al mundo musulmán y estrechó lazos con los cristianos ortodoxos, representados por Bartolomé I, patriarca de Constantinopla.
El último acto, antes de regresar a Roma, fue una misa en la catedral del Espíritu Santo, en la que participaron Bartolomé I (ortodoxo), Mesrob II (patriarca de los armenios apostólicos) y Filuksinos Yusuf Cetin (metropolitano de los sirioortodoxos). Un millar de cristianos llenó el templo. En su homilía, el Papa insistió en la exigencia de respeto a las minorías cristianas en Turquía y en todo el mundo musulmán. Desde un punto de vista religioso, el gesto más significativo fue la oración silenciosa del Papa en la Mezquita Azul, en compañía del Gran Muftí de Estambul. “Quiero dar las gracias por la acogida calurosa que me ha sido dispensada, y soy consciente de que he creado no pocos inconvenientes en la vida cotidiana de las personas y de la ciudad”, dijo en el aeropuerto. “Una parte de mi corazón permanecerá en Estambul, una magnífica ciudad”, añadió. Cuando el alcalde, Kadir Topbas, lo invitó a regresar pronto, Joseph Ratzinger respondió: “Soy viejo, no sé cuánto tiempo me concederá aún el Señor”.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12
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