Decenas de miles de personas se manifestaron ayer en la ciudad de Vicenza, en el norte de Italia, para protestar contra la ampliación de una base militar de Estados Unidos. El primer ministro italiano Romano Prodi decidió en enero mantener la promesa de su antecesor de centroderecha Silvio Berlusconi de llevar a cabo la expansión, lo que le trajo problemas con sectores de su coalición. Un responsable del comité organizador de la protesta, Thea Gardellin, afirmó que los manifestantes fueron más de 100.000, mientras la policía indicó que asistieron 40.000 personas.

La base de Camp Ederle es una de las siete que Estados Unidos tiene instalada en Italia y actualmente acoge a 2750 soldados de la 173ª brigada aerotransportada. El objetivo de Washington es duplicar su superficie para albergar al resto de efectivos de ese grupo, que se encuentran en Alemania y suman un total de 1800. El proyecto tiene un costo de 500 millones de euros.

“No a las bases”, “Estados Unidos, no, gracias”, “Las bases, en su casa”, eran algunos de los eslóganes inscritos en los carteles que agitaban los participantes en la marcha. Prodi había instado horas antes a los participantes a abstenerse de cualquier forma de violencia en las calles de Vicenza, que tiene unos 100.000 habitantes. Ante temores de desmanes, se dispuso un fuerte operativo policial: más de 1500 policías fueron movilizados para evitar cualquier incidente durante la marcha, que recorrió unos 6 kilómetros. En tanto, el ministro de Interior, Giuliano Amato, que había advertido de la posibilidad de que se produjeran episodios violentos sobre todo si había infiltrados, mostró “una gran satisfacción por el desarrollo pacífico y sin incidentes de la manifestación”, según un comunicado.

Prodi autorizó en enero la ampliación de la base, pese al desacuerdo del ala radical de su coalición gubernamental de centroizquierda, encabezada por los comunistas y los Verdes. Ningún ministro ni secretario de Estado perteneciente a esos partidos acudió sin embargo a la protesta, tras ser advertidos por Prodi de que “uno no se manifiesta contra sí mismo”. La mayoría de los residentes de Vicenza también se muestran contrarios a la ampliación, a pesar de los cerca de 1200 puestos de trabajo que provee la base en la región.

“La prensa nos ha calificado de extremistas”, criticó Oscar Mancini, representante regional del mayor sindicato de Italia, el izquierdista CGIL, durante una manifestación previa el viernes. Mancini resaltó que más de 20.000 personas ya realizaron en diciembre de 2006 una protesta pacífica contra la ampliación de la base. La movilización de ayer finalizó con la intervención del Premio Nobel de Literatura italiano Dario Fo, quien señaló que “alguno tendrá lágrimas en los ojos, sobre todo alguno del mundo político que pensaba que hoy en Vicenza habría ocurrido el desastre”.