La ciudad de Buenos Aires tendrá elecciones antes de lo esperado. En 105 días, el 3 de junio, habrá comicios para votar jefe y vicejefe de Gobierno y renovar la mitad de la Legislatura. Así lo anunció ayer el titular del gobierno porteño Jorge Telerman, en una sorpresiva conferencia de prensa convocada en la sede de gobierno local. El adelantamiento tiene la obvia intención de impedir el crecimiento en la intención de voto del candidato de la Casa Rosada, Daniel Filmus, quien todavía no se afianzó en el electorado local. Así, la decisión abre las puertas a una campaña que promete ser intensa políticamente pero que, en todo caso, tendrá la ventaja de ser corta.

Tras el anuncio, el oficialismo y la oposición salieron a fijar posiciones. El PRO respaldó la fecha: su principal figura, Mauricio Macri, está bien instalado entre los votantes de la ciudad, aunque todavía tiene que decidir si se postula o prefiere competir en octubre por la presidencia. Filmus aceptó el adelantamiento, con críticas. No va a impugnar la fecha, aunque sus colaboradores se guardan en la manga una herramienta de presión: el reclamo de que se llame simultáneamente a elección de comunas, una medida tan compleja que podría postergar todo el paquete. El ARI y otras fuerzas de la izquierda dijeron que el llamado en junio es “un despropósito”.

La convocatoria a comicios en la ciudad es una atribución de los mandatarios locales. Así lo recordó Telerman en la conferencia realizada en el Salón Blanco de la Jefatura de gobierno, en la que habló también de dar a Buenos Aires mayor autonomía. “La ley nos obliga a hacer elecciones no simultáneas con las nacionales para que sea la discusión por Buenos Aires, y no otra, lo que se ponga en juego”, definió. Telerman fue acompañado en la rueda de prensa por todo su gabinete, más algunos de los dirigentes del PJ y el centroizquierda que lo acompañarán en la campaña, tal vez en un solo frente o quizá con dos listas separadas de legisladores. El jefe de gobierno informó que en el caso de ir a ballottage –es muy probable que así sea–, la segunda vuelta se realizará el 24 de junio, tres semanas después de la primera.

Si el primer efecto de llamar a elecciones en cien días es el de acortar el período de instalación de los otros candidatos, como en el caso Filmus, el segundo es que obligará a Macri a definirse. El titular de Boca Juniors todavía no resolvió si competirá por la Presidencia o si le disputará el sillón a Telerman. En las filas del kirchnerismo ayer se quejaban porque, desde un punto de vista legal, Macri quedó habilitado para presentarse a las dos elecciones, ya que ambas estarán separadas por más de 90 días. Pero hacerlo supone un riesgo para su imagen como candidato. Si gana, ¿cómo podría pasar en cinco meses de postularse a jefe de gobierno a postularse a presidente? Si pierde, ¿qué sentido tendría?

El plazo para la inscripción de los candidatos a jefe y vicejefe porteños vence 45 días antes de los comicios, es decir el próximo 20 de abril. Las listas de legisladores (se renuevan 30 bancas, la mitad del cuerpo) deben inscribirse 60 días antes del 3 de junio.

Repercusiones

En la Casa Rosada no querían que los comicios se realizaran tan pronto. Manejaban como una fecha más favorable a Filmus el mes de agosto. De todos modos, el ministro de Educación llamó a su propia conferencia de prensa, cuatro horas después de la Telerman, para decir que acepta la convocatoria. “El 3 de junio nos parece una buena fecha y lo tomo de una manera especial porque es mi cumpleaños, por lo que creo que vamos a tener dos motivos para festejar”, dijo en una rueda de medios realizada en el Instituto para la Victoria.

Filmus recordó, de todos modos, que Telerman había dicho que las elecciones se realizarían en el tercer trimestre, entre julio y septiembre. Como principal crítica al adelantamiento mencionó los riesgos de afectar la “gobernabilidad” y el peligro de que se demore la elección de Comunas.

El anuncio fue en cambio respaldado por el PRO. Desde Mar del Plata, donde pasa unos días de campaña y vacaciones, el líder de la fuerza, Mauricio Macri, aseguró que la novedad “no cambiará” sus planes. Macri aseguró que dirá a qué va a candidatearse recién a finales de marzo.

“Venimos trabajando en la Ciudad hace cuatro años, tenemos los equipos y los planes de gobierno listos desde hace tiempo, dos meses más o menos no nos cambia”, manifestó. Y en líneas generales, todo el PRO hizo conocer su respaldo. “Que las elecciones porteñas estén separadas de las nacionales contribuye a la autonomía de la ciudad, que es lo que nosotros siempre sostuvimos”, declaró por ejemplo el legislador Diego Santilli.

Desde el ARI, Elisa Carrió criticó a todas las expresiones. Sostuvo que “tanto la estrategia del macrismo y el kirchnerismo de atrasar la fecha de elección, como la de Telerman de anticiparlas son ética e institucionalmente incorrectas”.

También habló del tema Aníbal Ibarra, el destituido antecesor de Telerman, hoy candidato a legislador. Para Ibarra, “la decisión no está basada en términos institucionales sino en una mezcla de conveniencia personal y paranoia: conveniencia, porque no quiere que se instalen otros candidatos; y paranoia, porque cree que desde distintos sectores van a sacar a relucir las falencias e irregularidades de su gestión”.

Comunas

Así, queda abierta como única duda el llamado a elecciones de las comunas. Es la primera vez que en Buenos Aires se van a hacer estos comicios, en función de la nueva división política de la ciudad en quince comunas. Ayer, Filmus reclamó que las dos elecciones se realicen el mismo día. Telerman aclaró que la fecha debe ser fijada por la Legislatura. Habrá que ver qué votan los legisladores, pero lo que se puede anticipar es que la gente de Filmus hará toda la presión política para se apruebe la elección conjunta, el 3 de junio. Si lo consiguen, va a haber problemas para hacer a tiempo los padrones. Lo anticipó hace quince días la jueza con competencia electoral María Romilda Servini de Cubría, ante una presentación que los legisladores del kirchnerismo impulsaron en su despacho, ya pensando en que se les venía el llamado a elecciones en junio. Hay un antecedente: en el 2003, Aníbal Ibarra tuvo que postergar para agosto, por orden judicial, una elección que había llamado para junio.