Miércoles, 28 de febrero de 2007 | Hoy
La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, anunció que Estados Unidos participará en una conferencia regional convocada por el gobierno iraquí. Por primera vez la administración de EE.UU. acepta reunirse con Irán y Siria, a los que acusa de apoyar a milicias iraquíes.
Estados Unidos participará junto a Siria e Irán en una conferencia regional ministerial convocada por Irak. La participación de Washington fue confirmada por la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, y representa un importante cambio en la política exterior de la administración Bush, que hasta ahora evitado el contacto directo con Damasco y Teherán.
Irak invitó a los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y a sus países vecinos, incluidos Irán y Siria, a una conferencia en Bagdad para discutir maneras en que la comunidad internacional puede ayudar al gobierno de ese país a controlar la violencia que amenaza con destrozarlo. Lo cierto es que el lanzamiento hace dos semanas de un nuevo plan de seguridad en Bagdad, que impuso la presencia de miles de soldados adicionales en las calles, no fue de mucha ayuda. Aunque el gobierno iraquí afirma que la violencia disminuyó, los ataques con coches bomba y cohetes persisten.
Sami al Askari, asesor del primer ministro iraquí, dijo que Bagdad espera organizar la conferencia regional a mediados de marzo, para obtener el apoyo de los participantes en el proceso político, a los esfuerzos de reconciliación y al plan de seguridad. “Queremos que todos los países vecinos abandonen toda intervención (en Irak) y presionen a los grupos armados con los que están vinculados para que cesen la violencia”, afirmó el asesor.
La lista de invitados está compuesta por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China), Siria, Irán, Turquía, Jordania, Arabia Saudita, Kuwait, Egipto, la Liga Arabe, la Organización de la Conferencia Islámica y, eventualmente, la Unión Europea. Según el ministro de Exteriores iraquí, Hoshiyar Zebari, habría dos reuniones. En la preparatoria, a mediados de marzo, participarían viceministros de Relaciones Exteriores y otros importantes funcionarios. En una segunda reunión, en abril, se reunirían los jefes de exteriores de cada país. “Nuestra esperanza es que éste sea un intento que rompa el hielo, para quizá realizar otras reuniones en el futuro. Queremos que Irak, en lugar de ser un tema de división, sea un tema unificador”, indicó Zebari.
Rice saludó esta nueva iniciativa diplomática del gobierno iraquí. “La violencia dentro de Irak tiene un impacto decisivo en sus vecinos”, afirmó. “Y sus vecinos, así como la comunidad internacional, tiene un claro rol que jugar para apoyar los esfuerzos del gobierno iraquí para promover la paz y la reconciliación nacional”, agregó la funcionaria estadounidense.
En diciembre, un informe del bipartidista Grupo de Estudio sobre Irak estadounidense recomendó conversaciones directas con Damasco y Teherán para persuadirlos de ayudar a controlar la violencia en el país árabe. El presidente George W. Bush reaccionó fríamente a la propuesta.
Washington acusa a Teherán de avivar la violencia en Irak. En las últimas semanas, funcionarios estadounidenses en Bagdad presentaron lo que dicen es evidencia de armas de fabricación iraní, contrabandeadas a Irak. Además, funcionarios estadounidenses acusan a Siria de permitir que combatientes extranjeros crucen su larga frontera con Irak para unirse a aquellos que luchan contra el gobierno respaldado por Estados Unidos.
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