Sábado, 24 de marzo de 2007 | Hoy
Por primera vez, un proyecto de ley que pone plazos a la retirada de tropas pasó el filtro de la Cámara baja en Washington. Bush reaccionó con un mensaje agresivo que pronunció rodeado de uniformados, en el que prometió vetar la legislación si la aprueba el Senado.
El Congreso de Estados Unidos, controlado por los demócratas, concretó su mayor desafío a la Casa Blanca hasta hoy al obtener la aprobación en la Cámara de Representantes de una ley que incluye el retiro de las tropas de Irak en septiembre de 2008. La fecha límite estaba unida a una legislación autorizando gastos por 124.000 millones de dólares para cubrir los conflictos en Irak y Afganistán. La medida fue aprobada por 218 votos contra 212, con casi todos los demócratas a favor y casi todos los republicanos en contra.
La ley votada ayer, que aprobó el presupuesto suplementario de 96.000 millones de dólares para sufragar los gastos militares en Irak en 2007, incluyó una cláusula por la cual las tropas estadounidenses abandonarán ese país en un plazo que vence el 1º de septiembre de 2008. Estados Unidos tiene más de 140.000 militares en Irak. La norma impone además condiciones de resguardo de la seguridad que deberá cumplir el gobierno iraquí para que las tropas estadounidenses permanezcan en ese país árabe hasta la fecha límite.
El resultado representa una considerable victoria para la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, quien trabajó activamente durante esta semana para ganar el apoyo de miembros liberales de su partido, quienes consideraban que la norma permite continuar una guerra inmoral, y del sector conservador, que es reticente a fijar un plazo para poner fin a la ocupación de Irak. En un nuevo capítulo de la puja de poderes en los Estados Unidos, los demócratas hicieron valer su mayoría en la Cámara baja pero, para convertirse en ley, la propuesta deberá pasar también por el Senado la semana que viene, donde necesitará no una simple mayoría de 51 sino los 60 votos.
Aunque el Comité Judicial de la Cámara alta ya aprobó una medida que prevé el repliegue de las tropas estadounidenses para marzo de 2008, los analistas consideran improbable que avance en el pleno del Senado sin sufrir cambios, ya que los demócratas no cuentan allí con la mayoría necesaria para imponer su criterio y los republicanos podrán bloquearlo.
Por su parte, Bush advirtió ayer que el proyecto votado en la Cámara “no tiene ninguna chance de convertirse en ley” porque, como ya anticipó, si por milagro llega a sobrevivir, la vetará en cuanto llegue a su escritorio.
El mandatario, que pronunció un mensaje agresivo y apareció acompañado por soldados y veteranos de guerra, sostuvo que los demócratas buscan “socavar” la capacidad militar estadounidense en Irak. Bush explicó que el propósito original de la ley era “brindar a nuestras tropas financiamiento vital”, pero acusó a los demócratas en la Cámara de Representantes de realizar “un acto de teatro político”, en el que “votaron por reemplazar con su juicio el de nuestros comandantes en el terreno en Irak”.
Además, señaló que los legisladores de la oposición establecieron una fecha arbitraria para el retiro de tropas, sin tener en cuenta las condiciones en el terreno, y que impusieron rígidas restricciones que requerirán un ejército de abogados para poder interpretarlas. “Espero que el Congreso cumpla con su deber de financiar a nuestras tropas, y el pueblo estadounidense espera lo mismo”, enfatizó Bush.
“El Congreso sabe perfectamente que el proyecto de ley que está debatiendo la Cámara, y una medida muy parecida que debe ser debatida en el Senado, serán bloqueados por un veto”, declaró el vocero de la Casa Blanca, Tony Snow. “¿Por qué pasar por este ejercicio cuando, en la práctica, se sabe que no va a ninguna parte, y que la necesidad de financiar a las tropas es urgente?”, se preguntó Snow.
“Es un voto para cambiar realmente la orientación del conflicto”, aseguró por su parte el influyente legislador demócrata Rahm Emanuel, señalando que los cuatro años de guerra se traducen actualmente en cerca de 3200 soldados estadounidenses muertos, 25.000 heridos, y “la reputación de Estados Unidos manchada en todo el mundo”.
“Esto no tiene nada de un retiro precipitado”, señaló el líder de la mayoría Steny Hoyer. De hecho, la prudencia del calendario decepcionó al ala izquierda del partido, que considera que la mayoría demócrata fue elegida en noviembre con el mandato de terminar una guerra cada vez más impopular. “Si se quiere la paz, es necesario votar ahora por la paz, y detener el financiamiento de la guerra”, dijo el representante Dennis Kucinick, candidato a la investidura demócrata para las elecciones presidenciales de 2008.
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