Jueves, 19 de abril de 2007 | Hoy
La OIEA señaló que Teherán no cumplió con el mandato de la ONU de suspender su programa nuclear.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de Naciones Unidas confirmó ayer que Irán está enriqueciendo uranio en su planta de Natanz. Sin embargo, los inspectores internacionales sólo pudieron confirmar la actividad en la mitad de centrifugadoras, que Teherán dijo recientemente haber puesto en funcionamiento. De todas maneras, el informe de la agencia demuestra que el gobierno iraní no cumplió nuevamente con la suspensión de su programa nuclear y, en consecuencia, es prueba suficiente para que el Consejo de Seguridad vuelva a endurecer las sanciones contra el régimen islámico.
A pesar de los magros resultados que está dejando la presión internacional, el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, aseguró ayer que esta estrategia diplomática está funcionando. “La comunidad internacional está unida para decirle a Irán lo que necesita hacer con respecto a su programa nuclear”, afirmó. Gates se mostró convencido de que las potencias deben seguir por el camino de la diplomacia. “Estas cosas no dan resultado de un día para otro”, señaló. Pero las palabras del secretario de Defensa no lograron desechar los temores sobre una posible ofensiva militar contra Teherán. “Irán vela por la paz regional y mundial, pero nuestras Fuerzas Armadas, al mismo tiempo, están dispuestas a sacrificarse y decididamente harán frente a cualquier agresión por parte de los enemigos”, destacó ayer el presidente iraní Mahmud Ahmadinejad. Aprovechando los actos por el día del ejército, Teherán hizo desfilar todo su poderío militar –soldados, tanques, armas y misiles–. “Irán no representa una amenaza para ningún país, pero en caso de verse obligado, nuestras fuerzas cortarán las manos de los agresores y harán que se arrepientan de su agresión”, advirtió Ahmadinejad.
Hace sólo unos días, el mandatario iraní había asegurado que el programa nuclear había entrado en la etapa industrial. Es decir, que había suficientes centrifugadoras funcionando como para producir combustible nuclear a escala industrial. Esto sumado al anuncio de que el objetivo último de Teherán era instalar unas 50 mil centrifugadoras, inquietó aún más a las potencias del Consejo de Seguridad y reavivó los pedidos de Estados Unidos y de Israel para endurecer las sanciones económicas contra el régimen islámico.
Sin embargo, el informe del subdirector de la OIEA, el finlandés Olli Heinonen, desmiente estos temores. Según sus observaciones, sólo se pusieron en marcha 1312 centrifugadoras y sólo algunas de ellas están siendo alimentadas con hexafluoruro de uranio (UF6). El UF6 es un gas precursor del uranio necesario en el proceso de purificación de ese material, que tiene tanto aplicaciones civiles como militares. En conclusión, Irán estaría lejos de las tres mil centrifugadoras que había dicho haber instalado, aunque de todas maneras violó la última resolución de la ONU, que pedía un cese inmediato de todas las actividades relacionadas con el enriquecimiento de uranio.
Además, Heinonen aclara que los técnicos iraníes no permitieron que sus inspectores visitaran la planta de agua pesada de Arak, que podría producir plutonio, otro material que puede ser utilizado para fabricar bombas atómicas. Sin embargo, la planta de agua pesada también puede ser utilizada para producir energía. La construcción de esta planta estaba prohibida por la resolución de la ONU.
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