La Cruz Roja recuperó ayer los cadáveres de los once ex diputados colombianos muertos hace 78 días en cautiverio tras un presunto combate entre las FARC y el ejército. Sin embargo, la delegación del organismo no pudo retornar con los cuerpos a la ciudad de Cali por vía aérea debido al mal tiempo en la zona. Hasta ayer a la noche no había información oficial del rescate debido a las reservas con que operó el organismo de ayuda humanitaria, dijo a Página/12 el vocero del Ministerio de Interior, César Velázquez. La operación se produce luego de que las fuerzas militares asesinaran el sábado a un jefe importante de la insurgencia, en una acción que la prensa local consideró un duro golpe para las FARC.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), acompañado por el ex ministro Alvaro Leyva, salió a primera hora de ayer de Cali, capital del departamento del Valle del Cauca, hacia el sitio en donde la guerrilla indicó que estaban los restos de los ex legisladores secuestrados hace cinco años por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Aunque la misión llegó a destino, a las 18.30 hora local, una llamada les advirtió a los familiares que mañana (por hoy) no se podría salir del lugar, informó el diario colombiano El Tiempo. El traslado de los cadáveres se hará una vez que mejoren las condiciones del tiempo en la zona del rescate situada en algún lugar del sudoeste de Colombia.

Por prudencia, el CICR no divulgó los medios de transporte que utilizará para trasladar los cadáveres a la morgue del Instituto de Medicina Legal en la capital del Valle, donde se mantienen todos los medios de comunicación y donde se realizará la identificación de los cuerpos por una comisión internacional, que coordina un canadiense y de la que forman parte una portuguesa, un danés y un argentino. De acuerdo con el estado de los restos, las pruebas de ADN podrían tardar siete días o más.

En tanto, los familiares de los ex legisladores aguardan resultados. “Ahora no queremos saber nada de culpas o investigaciones. Lo único que rogamos es terminar la espera”, dijo a El Tiempo Fabiola Perdomo, viuda de Juan Carlos Narváez, uno de los políticos muertos. “Esperamos a nuestros familiares, lo que siga será otro capítulo amargo”, dijo la mujer.

Los once ex diputados muertos formaban parte de un grupo de doce legisladores regionales que fueron secuestrados el 11 de abril de 2002 en un asalto de las FARC a la sede de la Asamblea Departamental del Valle del Cauca. El pasado 28 de junio, las FARC anunciaron que once de los doce rehenes habían muerto diez días atrás en un “fuego cruzado” con “un grupo militar sin identificar”, versión que rechazó el gobierno colombiano.

Por otra parte, uno de los principales líderes de las FARC, Tomás Medina alias el “Negro Acacio”, murió el sábado junto a varios de sus hombres en combate contra el ejército en el sur de Colombia. Según el diario colombiano El País, Medina era el encargado de las finanzas de la organización guerrillera.