Martes, 4 de septiembre de 2007 | Hoy
DEPORTES › AHORA QUE VAN A LOS JUEGOS OLIMPICOS, LES SOBRAN JUGADORES
Los reemplazantes de la generación olímpica le demostraron al entrenador que pueden ser alternativas válidas. Ginóbili, Oberto, Sánchez y Nocioni tendrán su lugar, pero la segunda línea arremete.
Por Ariel Greco
La clasificación que obtuvo la Selección Argentina de Básquetbol en el Preolímpico de Las Vegas y el nivel que exhibió el equipo abrió una especie de debate en cuanto a la futura conformación del plantel que irá a Beijing. Es que ante la ausencia de varios de los olímpicos, sus reemplazantes aprovecharon su oportunidad y le demostraron al entrenador Sergio Hernández que pueden convertirse en alternativas válidas.
El gran triunfador del torneo fue Hernández. Por un lado, porque había puesto su cargo a disposición para el repechaje, con lo que ahora se ganó un respaldo importante basado en los resultados. Por otro, ya que recuperó el consenso y dejó de lado ciertas críticas por la labor del equipo en el Mundial de Japón. Y sobre todo, porque ya no quedó dependiente de los olímpicos.
Para el Mundial, Hernández optó conformar el plantel con los campeones de Atenas, salvo en los casos obligados de Montecchia y Sconochini. Ante la duda, optó por lo seguro y por no resentir un grupo unido y ganador, por más que el presente de algunos jugadores invitaba a probar alguna variante. Ahora, el panorama cambió. El que tiene el protagonismo es el entrenador. Si bien no entró en polémicas con los ausentes e incluso los defendió en público, a partir de ahora ya no tendrá ningún condicionamiento.
De acuerdo con lo que dejó el Preolímpico, varios jugadores dieron el salto de calidad para poder meterse en la discusión por un lugar en una lista definitiva. Por el contrario, hubo ausentes que perdieron el sitio de indiscutidos. Pensando en Beijing, Luis Scola, Carlos Delfino y Pablo Prigioni –por más que hasta ahora no había rendido– no debían aprobar ningún examen, pero igual dejaron en claro su jerarquía. El ala pivote, además, demostró sus condiciones de líder y capitán, para ser elegido el jugador más valioso del torneo. Delfino, sin estar preciso para el aro, igual brindó otras soluciones. Y el base pudo hacerse dueño del equipo, consiguiendo que jugara a su ritmo. Los tres no estaban en dudas, pero igual reafirmaron su importancia.
Y está claro que por condiciones y pergaminos, Emanuel Ginóbili, Juan Ignacio Sánchez, Andrés Nocioni y Fabricio Oberto no entran en ninguna discusión y tendrán un lugar garantizado. En un mismo plano podría estar Walter Herrmann, aunque su situación personal es diferente y no está muy claro que por ahora quiera volver a la Selección. En cambio, Rubén Wolkowyski y Gabriel Fernández deberán remar bastante por recuperar su sitio. El chaqueño, el jugador con mayor cantidad de partidos en la Selección, ya viene acusando el desgaste y tendrá casi 35 años para el momento del certamen. Por su parte, Fernández trae un par de temporadas irregulares en Europa.
Claro que el mayor problema para los históricos no son sus propias actuaciones, sino el crecimiento que tuvo la segunda línea en Las Vegas. Román González fue uno de los que aprobó el examen, empatando o ganando los duelos con pivotes dominantes como el canadiense Dalembert, el brasileño Nené, el uruguayo Batista o el puertorriqueño Ramos, los dos primeros jugadores NBA y los dos últimos con pasado reciente.
Otro que dejó en claro su importancia es Leo Gutiérrez, incluso arriesgando por haber llegado lesionado al torneo. El jugador de Boca asumió otro rol respecto del que tenía con el plantel completo y ratificó que se puede adaptar a lo que le pidan. Y Diego Lo Grippo pudo disimular la ventaja de altura y kilos que otorga, una materia que tenía pendiente en un gran torneo. Una lectura similar se puede hacer con Paolo Quinteros, que cumplió a la perfección con su función de tirador, con una mayor actitud defensiva y capacidad para pasar la pelota, dos puntos en los que no siempre se destacó. Además, por ser el único tirador nato, perfectamente puede ser el quinto jugador de la media cancha, detrás de Sánchez, Ginóbili, Delfino y Prigioni.
Entre los aleros, Federico Ka-mmerichs y Matías Sandes le dieron respuestas al equipo, en especial en defensa. Igual, todavía aparecen bastante más atrás que Nocioni y Herrmann. Lo mismo sucede con Antonio Porta, Juan Gutiérrez y Martín Leiva. El base sustituto cumplió con su rol, pero todavía está debajo de Sánchez y Prigioni. Y con el esquema de dos bases que implementa Hernández, debería esperar su chance. Para los dos pivotes, el torneo sirvió para ganar experiencia, pero todavía no tienen el nivel para pelear con aspiraciones por un lugar entre los doce.
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