Martes, 4 de septiembre de 2007 | Hoy
Por Jorge Enrique Botero *
Selva amazónica colombiana, 2 de septiembre. Antes de ser guerrillero, Raúl Reyes fue empleado de Nestlé y dirigente comunista del departamento del Caquetá, región conocida como la puerta de entrada a la Amazonia colombiana. Ingresó a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a mediados de los años ’70 y hoy es uno de los siete integrantes del secretariado, la comandancia máxima de la organización insurgente. Las FARC constan de cinco bloques, correspondientes a igual número de zonas geográficas de esta nación sudamericana, y Reyes comanda el bloque sur, que opera en la extensa y caliente frontera con Ecuador. También es vocero de la organización y jefe de su comisión internacional. Recibe al enviado de La Jornada en un hermoso paraje de la selva amazónica, muy cerca del río de aguas achocolatadas por el que hemos llegado a la cita, tras muchas horas de viaje en veloces lanchas y en rústicas canoas. Está acompañado de una muy bien armada guardia personal, compuesta por mujeres y hombres, todos jóvenes de entre 20 y 30 años.
Es evidente que Reyes ha realizado una larga marcha hasta el lugar del encuentro, pues se toma una pausa antes de conceder esta entrevista. El sudor del camino empapa su camiseta verde olivo y de su hombro derecho cuelga un fusil M-16 de color negro plomizo. Es mediodía y “el camarada” (como le dicen sus tropas) ordena que el almuerzo sea pescado, arroz y yuca. Los alimentos resultan un exquisito abrebocas de la entrevista, que se realiza el mismo día en que los presidentes Hugo Chávez y Alvaro Uribe se reúnen en Bogotá para buscar una salida al intercambio de prisioneros entre las FARC y el gobierno colombiano.
–¿Conoce usted personalmente al presidente Chávez?
–Sí, lo conozco, y creo que habrá muchas veces más para estar personalmente con él. Es un líder de suma importancia en el continente, mucho más ahora con sus expresiones y su interés de aportarle a la paz de Colombia.
–¿Qué le despierta el presidente venezolano cuando habla con él?
–Chávez es un hombre afable, que siente el dolor del pueblo, que trabaja por soluciones, convencido de proseguir la gesta bolivariana. El es un bolivariano íntegro y, como tal, un antiimperialista.
–¿Cree usted que Chávez puede despejar el camino hacia el intercambio?
–Yo sí lo creo. El aporte del presidente Chávez, su habilidad, su sagacidad, el prestigio que ha ganado en el continente ayudarán muchísimo a resolver el tema del intercambio humanitario, que es uno de los problemas derivados de nuestro conflicto interno. Por eso pienso que puede jugar un papel muy importante en esto y, en un futuro, también en la búsqueda de las salidas políticas que requiere Colombia.
–Hablando de intercambio, comandante, hay quienes han planteado la fórmula de “negociación en Venezuela y canje en Colombia”.
–Son muchas las cosas que se dicen. Hay muchas especulaciones sobre eso, pero igual hay muchísimas posibilidades y ninguna se puede negar. Obviamente son dos partes: el gobierno de Bogotá tiene una posición que, a nuestro juicio, no es la de facilitar el acuerdo, y las FARC tienen una posición política de mucha voluntad, explicada de distintas maneras. Es bueno que se sepa que las FARC fueron las que propusieron el acuerdo humanitario, porque Uribe, una vez que llegó a su primer gobierno, nunca habló del acuerdo humanitario; habló sólo de guerra y nada más.
–Cuando ustedes hablan de diálogo, ¿se refieren a un diálogo entre Chávez y Manuel Marulanda?
–Allá debemos llegar, ése será un encuentro histórico. Es un encuentro que se necesita para bien de toda la región y particularmente para el pueblo colombiano, que es víctima de las políticas del actual gobierno. El encuentro entre Chávez y Marulanda debe trabajarse, debe organizarse. Es muy importante el gran interés que tiene el presidente Chávez, y que lo ha expresado públicamente, de conversar con el jefe de las FARC.
–¿Marulanda en Miraflores?
–Ojalá, pero eso implica preparar las condiciones. A mí personalmente me gustaría mucho ese momento, porque Marulanda es un líder de las fuerzas revolucionarias de Colombia y del continente.
–Hay quienes dicen que los verdaderos artífices de todo lo que está sucediendo son ustedes. Que las FARC vienen cocinando esta situación desde hace mucho tiempo.
–Hay que darle todo el crédito a la senadora Piedad Córdoba, quien es la persona que esta detrás de todo esto, gracias a su amistad con el presidente Chávez. Ella es una mujer progresista y como tal le interesa resolver problemas como éste. El intercambio humanitario es un tema de interés internacional en el que están puestos los ojos de muchos países, expectantes de ver qué sale de la gestión del presidente Chávez con Uribe, y posteriormente, no sé cuando, con el comandante Manuel Marulanda.
–A la salida de una reunión reciente con el presidente Chávez, familiares de los políticos y militares que están en poder de las FARC dijeron que nunca habían estado tan optimistas. ¿Hoy tienen motivos para alimentar su esperanza?
–Esa esperanza y ese optimismo hay que mantenerlos. Es legítimo el optimismo que tienen los familiares de los prisioneros en los buenos oficios, en la facilitación, en la audacia del presidente Chávez para contribuir a la solución de este problema. Es algo que ellos entendieron muy bien, desde el momento en que él los recibió con semejante amabilidad, se apersonó de sus problemas y sintió con ellos.
–Si hay intercambio, comandante Reyes, después de éste, ¿qué?
–Esperamos que el intercambio se dé y vamos a persistir todo el tiempo que sea necesario en la liberación de los prisioneros. Después de esto tendrá que venir la otra parte, que tiene que ver con la paz de Colombia. Nosotros consideramos que la salida política es la solución a los problemas que padece nuestro país. No es cierto que la solución sea incrementar la guerra, como lo pregona el gobierno de Alvaro Uribe.
–Pasemos a otros temas. Recientemente, el comandante de las fuerzas militares, el general Montoya, dijo durante un homenaje que le hicieron los industriales que la guerra había llegado “al fin del fin”.
–El general Montoya dice cualquier cosa y está hablando con lo que le dictan sus deseos. Pero lo que vemos es una tremenda descomposición en el ejército. Los medios de comunicación han denunciado que el ejército y la policía están vinculados con actividades del narcotráfico. También es vox populi el vínculo entre el ejército y los paramilitares. Así que sería mejor hablar del fin, pero del ejército.
–Pero ustedes tampoco van ganando la guerra, comandante.
–No logró el señor Uribe derrotar a las FARC; no lo ha logrado ni con los millones de dólares que le dio Estados Unidos, ni con los asesores militares.
* De La Jornada de México. Especial para Página/12.
Venezuela tuvo que aceptar que Perú otorgara asilo político al prófugo ex sindicalista Carlos Ortega, tras confirmarse ayer su presencia en ese país. El ex presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) se fugó en el 2006, mientras cumplía una pena de 16 años de prisión por impulsar un paro petrolero entre 2002 y 2003 para que renunciara el presidente Hugo Chávez, ocasionando pérdidas millonarias. “Venezuela es respetuosa de la plena soberanía y autodeterminación de los pueblos, y por eso respetamos la decisión que tomó el gobierno soberano de Perú y la acatamos”, dijo el ministro del Interior y Justicia, Pedro Carreño.
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