Evo Morales no logró resolver la prolongada disputa entre las ciudades de La Paz y Sucre por ser la capital plena, lo cual ahondó la crisis política del país. A la cita convocada por el presidente boliviano en la ciudad central de Cochabamba acudieron delegados del gobierno, de La Paz y de partidos y asociaciones oficialistas, pero no de los movimientos sucrenses que reclaman desde hace 19 días que su ciudad vuelva a ser sede del gobierno y el Parlamento, y exigen dialogar allí.

El previsible fracaso de la reunión, en la que insistió Morales pese al rechazo de Sucre, agrava la crisis política boliviana, que ha incluido en las últimas semanas batallas a puñetazos y patadas en el Congreso, manifestaciones violentas en Sucre y crecientes insultos y ataques entre oficialistas y opositores. Se suman también las huelgas regionales y judiciales, peticiones de renuncia de Morales y la paralización de la Asamblea Constituyente. Ayer, el gobernador de Cochabamba, el opositor Manfred Reyes Villa, reiteró su petición de que renuncie Morales, a quien acusa de incapaz y autoritario y de llevar a Bolivia a la guerra civil.

Respecto de la capital, los líderes del departamento sureño de Chuquisaca, cuya cabecera es Sucre, confirmaron que no asistirán a la mesa de negociaciones instalada por el gobierno, porque, a su juicio, “no es un proceso de diálogo franco”. También los dirigentes de la capital oficial pero no efectiva de Bolivia esperaron, sin éxito, a representantes del Ejecutivo, para plantear sus demandas en un diálogo en el que no quieren, por ahora, la presencia de delegados de La Paz. Los chuquisaqueños, con el apoyo de otros cinco de los nueve departamentos bolivianos, acusan a Morales y su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), de favorecer a La Paz en el conflicto, por pedir a la Constituyente no estudiar dónde deben residir los poderes del Estado.

La Paz es sede del gobierno y el Parlamento desde que ganó una miniguerra en 1899 a Sucre, que ahora sólo alberga al Poder Judicial y, temporalmente, a la Constituyente. El gobierno ha anunciado que reunirá en Sucre el próximo 10 de septiembre a 100.000 indígenas, campesinos y cocaleros afines a Morales.