Sábado, 6 de octubre de 2007 | Hoy
Crece la tensión tras la detención de la cúpula del brazo político del grupo terrorista e independentista ETA. Protestas en San Sebastián.
Por José Yoldi *
desde Madrid
La tensión política aumentó ayer en España tras el rechazo del gobierno vasco a la detención de la cúpula del partido independentista Batasuna, considerado el brazo político de ETA, y el ingreso a prisión de uno de sus máximos dirigentes. Mientras los domicilios de los dirigentes detenidos la noche del jueves y la sede del Partido Comunista de las Tierras Vascas eran registrados ayer por la policía, más de un millar de personas se manifestó en distintos puntos del País Vasco para pedir la libertad de los miembros de Batasuna.
El juez Baltasar Garzón ordenó en la tarde del jueves a las Fuerzas de Seguridad del Estado la detención de 22 personas que formaban la antigua y nueva mesa nacional de Batasuna. Todos los detenidos se encontraban en Segura (Guipúzcoa), donde celebraban una reunión clandestina en la que, según los investigadores, se estaba realizando una especie de traspaso de poderes de la antigua mesa nacional a los nuevos integrantes.
Entre los detenidos se encuentran Joseba Permach, Juan José Petrikorena, Rufino Etxeberria, Cruz Aldasoro, Marije Fullaondo y Tomás Elajandro. También figuran miembros de Ekin y de ANV, el partido para el que pidió el voto Batasuna en las últimas elecciones municipales y que no pudo concurrir a más de 133 municipios de Euskadi y Navarra al entender el Tribunal Supremo que sus listas suponían una continuación de la formación ilegalizada.
La redada policial se desarrolló de manera muy rápida. En tres minutos, los agentes detuvieron a las 22 personas que se habían reunido en un local social del Ayuntamiento de Segura para organizar el futuro de Batasuna. Anoche mismo comenzaron a ser conducidos a la comisaría de San Sebastián. Tras el arresto, los agentes comenzaron a registrar los domicilios de todos los detenidos, incluido el de Permach en Zarautz.
La actual Mesa Nacional de Batasuna fue elegida el 18 de marzo del pasado año, cuatro días antes de que ETA anunciara el alto el fuego. Las caras visibles de la Mesa Nacional son Arnaldo Otegi (en prisión desde el 8 de junio), Joseba Permach (arrestado el jueves) y Pernando Barrena, quienes actúan como portavoces. Entre los detenidos el jueves no se encuentra Barrena, quien hoy tiene previsto participar en una reunión con el Sinn Fein nordirlandés. El propio Barrena confirmó a Europa Press que se encontraba anoche en Pamplona.
Los radicales independentistas tienen una fuerte presencia en Segura, el municipio donde Garzón ordenó el jueves la redada policial. La policía irrumpió en un local social de este pueblo de 1200 habitantes donde no pudo presentarse ANV a las pasadas elecciones municipales y se registraron 297 votos nulos (el 38% del total). La lista independiente que logró el 92 por ciento de los votos, Segura Lantzen, es una plataforma integrada por miembros de PNV y EA. Tras las elecciones, estos partidos decidieron renunciar a tres de los nueve escaños que habían conseguido. El pueblo se encontraba anoche totalmente tomado por las fuerzas de seguridad y con los accesos cortados.
No era la primera vez que los dirigentes de Batasuna organizaban reuniones clandestinas. La policía tenía conocimiento de la reunión convocada para la noche del jueves y remitió al juez un informe sobre el lugar del encuentro y su objetivo, al parecer, el traspaso de poderes entre la antigua dirección de la formación ilegalizada y la nueva.
Los dirigentes de Batasuna ya habían sido avisados por el juez de la posibilidad de que fueran detenidos si organizaban encuentros clandestinos. En el último auto de Garzón, ante la petición de las acusaciones populares (Asociación de Víctimas del Terrorismo y la Asociación Dignidad y Justicia) de que se arrestara a los líderes de la formación ilegalizada por reunirse, el juez señaló que procedería a la detención de los dirigentes independentistas si convocaban reuniones ilegales y secretas.
El delito que el magistrado atribuye a los reunidos es integración en organización terrorista, por el que algunos de los detenidos el jueves ya estaban procesados por el propio juez. Tanto el juez como Fiscalía consideran que las reuniones mantenidas durante el “alto el fuego permanente” de la organización terrorista tenían como objetivo el fin de la violencia. Sin embargo, tras la ruptura de la tregua las reuniones tienen un propósito bien diferente, que coadyuva a los fines de la organización terrorista ETA, por lo que debe apreciarse la reiteración delictiva.
En los últimos meses, los jueces han decidido el ingreso en prisión de Arnaldo Otegi, portavoz de Batasuna, y de Juan María Olano, líder de Askatasuna. Garzón ordenó el pasado martes detener también a Joseba Alvarez, otro de los dirigentes de Batasuna, y Oihana Agirre, por convocar una manifestación ilegal. El juez tomará declaración esta mañana a Alvarez y Agirre para decidir si ingresan en prisión. El dirigente de Batasuna está procesado por Garzón por un delito de integración en banda terrorista. Su actuación en la convocatoria de la manifestación ilegal constituye, según el juez, un acto de reiteración delictiva. Por el mismo motivo, Garzón encarceló a Olano.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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