Entre misas y protestas se cumple un nuevo aniversario de la muerte del dictador y general español Francisco Franco Bahamonde. La celebración de ayer no era una más, sino probablemente la última que los grupos derechistas y nostálgicos del militar iban a realizar en el Valle de los Caídos. Con la nueva Ley de la Memoria Histórica, el monumento dejará de tener simbología franquista al igual que el resto de las instituciones públicas. En medio del estancamiento electoral de la ultraderecha, la única manifestación de la jornada fue convocada por agrupaciones de izquierda en contra del fascismo, luego de la muerte de un joven antifascista por un neonazi.

Todos los años miembros de Falange y de la Fundación Nacional Francisco Franco hacen una misa en el Valle de los Caídos para homenajear a Franco y al fundador de la Falange Española, José Antonio Primo de Rivera. Sin embargo, ayer parecía ser la última ceremonia religiosa en el monumento, donde no sólo yacen los restos mortales del dictador y el falangista, sino también los de decenas de miles de combatientes de ambos bandos. Tras la sanción de la Ley de Memoria Histórica, el 31 de octubre, en el Parlamento, la nueva norma prevé la retirada de todos los símbolos públicos de la dictadura y la conversión del Valle, hasta ahora mausoleo y centro de las celebraciones del franquismo, en un lugar dedicado a la memoria de todas las víctimas de la Guerra Civil española

En estos días apenas es recordado el general que impuso el puño de hierro en España desde octubre de 1936 hasta su muerte, en 1975. Ayer los partidos y grupos ultraderechistas, que en las últimas elecciones no lograron reunir 50.000 votos, no tenían previsto ningún acto. Ni Democracia Nacional ni España 2000 –que cuenta con dos concejales– habían preparado concentraciones como había sucedido en otras fechas simbólicas.

Pero el sábado pasado la derecha pudo darse el gusto y organizó una misa que contó con la presencia de Carmen Franco Polo, la única hija del dictador. Cerca de 1500 personas asistieron a la celebración anual en la Basílica del Valle de los Caídos, que Franco mandó a construir en 1940 para perpetuar la memoria de los caídos en su supuesta “gloriosa Cruzada”. En un recordatorio sin incidentes, hubo insultos dirigidos al presidente del gobierno, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, aunque también contra el principal partido de la derecha española, el Partido Popular (PP), y los inmigrantes. No obstante, las conmemoraciones de este año en el Monumento a los Caídos tuvieron un 40 por ciento menos de asistencia que el año pasado, reuniendo entre la misa y los demás actos a unas 3000 personas, de acuerdo con fuentes oficiales.

En contraste con la tradición, la única manifestación que ayer iba a recorrer las calles de Valencia no era precisamente franquista. Con el lema “Hagamos frente al fascismo”, asociaciones, agrupaciones de izquierda e independentistas tenían previsto protestar luego de que el 11 de noviembre fuera asesinado un joven antifascista de 16 años al ser apuñalado por un soldado que se dirigía a un acto ultraderechista contra la inmigración. Asimismo el sábado pasado miles de personas marcharon en Barcelona repudiando el asesinato del militante, en un contexto en el que los movimientos sociales denuncian que las leyes represivas contra ETA están dirigidas contra el conjunto de las organizaciones protestarias.