La ofensiva diplomática del presidente colombiano Alvaro Uribe contra la guerrilla de las FARC y Hugo Chávez tuvo ayer su epicentro en París. En el curso de una entrevista de poco más de una hora con el presidente francés Nicolas Sarkozy, Uribe defendió sus dos líneas frente a las FARC: “aplastar” la guerrilla y una serie de propuestas con vistas a liberar a los rehenes en manos del grupo insurgente. El jefe de Estado colombiano solicitó el apoyo de Sarkozy en el marco de la mediación adelantada por la Iglesia Católica colombiana que contaría además con la intervención de emisarios provenientes de Francia, Suiza y España. Dicho esquema apunta a crear una zona de negociación con las FARC de 150 kilómetros cuadrados no desmilitarizada. Se trata de un enfoque muy distinto al que plantean las FARC, ya que éstas reclaman la desmilitarización de dos municipios, Florida y Pradera. Ambos equivalen a una superficie de 750 kilómetros cuadrados. Además, la guerrilla rechaza una misión médica conducida por el Comité Internacional de la Cruz Roja con el fin de atender a los rehenes enfermos.

Nicolas Sarkozy manifestó su apoyo a la idea expuesta por Uribe, pero con una aclaración. El presidente francés estimó que esta opción podía ser “útil” siempre y cuando “disponga de las garantías de independencia y de los márgenes de discusión indispensables para su éxito”. Cabe recordar que ese mecanismo incluye abiertamente la participación de Francia, España y Suiza y que, en ese contexto, la declaración de la presidencia francesa equivale a una suerte de llamado de atención: cualquier inclusión en el proceso debe tener sólidas garantías de que no ocurrirá algo similar a la primera fase de la Operación Emmanuel que empezó con la llegada de los emisarios internacionales, entre ellos Néstor Kirchner, y concluyó con el retiro de los mismos pero sin la liberación de los rehenes. Pese a todo, Uribe confió ayer que “el presidente Sarkozy me dijo que el reloj de Francia y el de Colombia están perfectamente sincronizados”. Asimismo, Sarkozy instó a Uribe a no “excluir ningún concurso útil capaz de permitir en particular la liberación sin tardanza de los rehenes”.

La sombra de Chávez sobrevoló la entrevista entre los dos mandatarios. Sarkozy no se pronunció sobre la demanda del presidente venezolano que consiste en retirarle a las FARC el estatuto de “terroristas” a cambio del de “fuerza beligerante”. Sarkozy respondió al respecto que “Francia seguía siendo solidaria de las posiciones de la Unión Europea”. París cree que antes de que los europeos puedan contemplar cualquier cambio de estatuto las FARC deben liberar a ciertos rehenes. “Desde el punto de vista de Francia, esta cuestión sólo podría ser reexaminada en función de una evolución del comportamiento de las FARC”, señaló la presidencia francesa. Según Uribe, la entrevista con Sarkozy fue “sincera y constructiva”. Uribe dijo luego : “Estamos venciendo a las FARC (...) y es preciso que Francia lo comprenda”. Para Fabrice Delloye, el ex marido de la rehén franco colombiana Ingrid Betancourt, “la meta de la gira (de Uribe) consiste en recuperar terreno frente a Hugo Chávez. También es, para Uribe, una manera de decirle a los europeos ‘no se equivoquen de enemigo. El enemigo son las FARC’”. La Federación Internacional de Comités Ingrid Betancourt (Ficib) le restó alcance a la escala francesa de Uribe. La Ficib estima que “Uribe vino a Europa a hacer propaganda contra las FARC”.

En el curso de un encuentro con la prensa organizado en la Casa de América Latina el jefe de Estado colombiano reiteró lo que ya había dicho cuando llegó el domingo a la capital francesa, es decir, que había aceptado la propuesta de la Iglesia colombiana para que se instaure una “zona de encuentro”, a fin de negociar el canje de 500 hombres de las FARC presos por 43 rehenes secuestrados por la guerrilla colombiana. Sin embargo, en el curso de la misma conferencia Uribe dijo que, si fuese necesario, no se negaría a aceptar la presencia de una fuerza internacional de interposición en la “zona de encuentro” propuesta por la Iglesia Católica. Cuando se le preguntó por el rechazo de las FARC a que se establezca una misión médica conducida por el Comité Internacional de la Cruz Roja con el fin de atender a los rehenes enfermos, Uribe respondió que el mundo entero debía ejercer “presión” para que las FARC “asuman su responsabilidad” sobre la situación de los secuestrados. Uribe también calificó como una “obsesión noble” la constancia con que París reclama desde hace varios años la liberación de Ingrid Betancourt.