“Lo más importante es lo que nos diga la Presidenta.” Con esa frase, los dirigentes de la CGT trataban de ahuyentar cualquier especulación sobre la agenda que llevarán hoy a la primera reunión “protocolar” que mantendrán con Cristina Fernández de Kirchner. Los popes cegetistas le presentarán a CFK su aval a “la profundización del modelo de crecimiento y la recuperación del nivel adquisitivo de los salarios”, pero también llevarán bajo el brazo su propia lista de demandas insatisfechas. Un temario que va desde paritarias “sin piso ni techo” salarial hasta la recuperaración del manejo directo del dinero de las obras sociales sindicales, pasando por una nueva rebaja del impuesto a las ganancias para los trabajadores en relación de dependencia y el aumento en el salario mínimo, vital y móvil.

La cita es a la seis de la tarde en la Sala de Situación de Casa de Gobierno. Allí, CFK recibirá oficialmente a la cúpula cegestista, después de un encuentro reservado que mantuvo con Hugo Moyano la semana pasada en la quinta presidencial de Olivos. A su lado estarán el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro de Trabajo, Carlos Tomada. En tanto, los dirigentes sindicales se reunirán un rato antes en la sede de Azopardo 802 para “pulir detalles”. El camionero quiere armar una delegación “representativa” y que el diálogo con la Presidenta “fluya naturalmente”, para que la lista de demandas no suene a imposición para negociar.

Moyano se manejará con pie de plomo en su regreso a la Rosada. Pretende mostrarse ante el Gobierno como el “único” interlocutor válido en materia sindical y cobijarse bajo el paraguas político del kirchnerismo en medio de la embestida del sindicalismo ortodoxo –una alianza de “Gordos”, barrionuevistas e “independientes”–, que quiere desplazarlo de la CGT para volver a controlar la conducción de la central obrera.

Aunque para cubrir su propio flanco interno, el camionero hará suyo el reclamo de la mayoría de los sindicatos, que no quiere una negociación paritaria condicionada por pisos y techos salariales. “Nadie mejor que los trabajadores saben lo que los empresarios de cada sector pueden dar. No habrá reclamos desmesurados que pongan en riesgo sus propias fuentes de trabajo”, se justificaron ante este diario los aliados de Moyano.

En el Gobierno aspiran a que las negociaciones paritarias no se salgan de cauce y que la propia CGT, y Moyano en particular, actúe como dique de contención de las demandas salariales. Pero el camionero ya dijo que no le cree al Indec y que calcularán sus pretensiones económicas con “la inflación de bolsillo, la de los supermercados”.

Julio Piumato, secretario general de los judiciales y miembro de la conducción cegetista, interrumpió sus vacaciones y regresó ayer por la tarde a Buenos Aires para ser de la partida en la reunión de hoy con CFK. Afirmó que desconocía quiénes serían los otros integrantes de la delegación que irá a la Rosada pero rápidamente se sumó al discurso oficial de la CGT: “Queremos escuchar a Cristina y conocer cómo van las perspectivas para profundizar el modelo productivo que tenemos”.

–¿Usted le cree al Indec? –le preguntó Página/12.

–Ya lo dijo Moyano: el Indec está cuestionado por la mayoría de la ciudadanía. Pero creo que también hubo una campaña mediática que exageró las cosas. Está en marcha una reforma en la medición del Indec que volverá a normalizar las cosas –respondió Piumato haciendo equilibrio.

Los dirigentes sindicales también llevarán una demanda “heredada de otras épocas”: el control sobre los fondos de las obras sociales. “Las obras sociales no son entes del Estado nacional. Pero la AFIP es la encargada de recaudar el dinero de los aportes, donde cualquier desfasaje financiero perjudica su funcionamiento. Ya hubo moratorias que incluyeron las deudas patronales en este rubro”, ejemplificó Piumato.

La lista de reclamos se completará con la rebaja del impuesto a las ganancias para los trabajadores en relación de dependencia y la discusión por el aumento del salario mínimo; el salario familiar y las jubilaciones. La foto del encuentro será una postal de hasta dónde se avanzó.