Ecuador denunció ayer una nueva incursión colombiana a su territorio. Según un comunicado del Ministerio de Defensa, un grupo de 30 miembros de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) entraron en un pequeño pueblo fronterizo y secuestraron a tres hombres. Por el momento, la hipótesis oficial es que habría sido un ajuste de cuentas. Según los vecinos de San Martín, las tres víctimas habrían sido refugiados colombianos, que dejaron sus casas huyendo de las amenazas de los paramilitares. “Los culparon de ayudar a la guerrilla, los golpearon y los torturaron hasta cansarse”, contó al diario quiteño El Comercio, Diana Rodríguez, una vecina que dijo conocer personalmente a los secuestrados. Anoche, el vicepresidente Lenín Moreno advirtió que se usará la fuerza contra cualquier ejército, regular o no, que viole su soberanía.

El gobierno ecuatoriano identificó a dos de los tres hombres que fueron raptados, Aldemar Castillo y Jairo Santander, pero no confirmó su status de refugiados. Según cuentan los vecinos, los paramilitares se cruzaron todo el pueblo, abriéndose paso a los golpes. “Tomaron por la fuerza a hombres, chicos y mujeres, les pusieron un revólver en la cabeza a cada uno y después golpearon sin piedad a las personas que luego fueron secuestradas”, relató el hermano de uno de los secuestrados, Giovanni Castillo, quien ya hizo la denunciar ante la oficina de la agencia para refugiados de la ONU (Acnur) en la zona.

El ministro de Seguridad Interior y Exterior, Gustavo Larrea, todavía no tiene más información que la suministrada por los vecinos y las familias de los secuestrados. La Fiscalía Nacional anunció que investigará la incursión y los secuestros, y le pidió al gobierno colombiano que coopere. Casi de inmediato, el ministro de Defensa de Alvaro Uribe salió a enfrentar los micrófonos. “Los paramilitares, ¿qué van a hacer a Ecuador, a secuestrar a quién? Además, los paramilitares no operan en esa zona del país, ya no existen. De manera que me parece muy curioso, pero vamos a investigar”, aseguró Juan Manuel Santos.

Pero las dudas le duraron poco al funcionario colombiano, que segundos después afirmaba que estaba “completamente seguro” de que no eran paramilitares. “Quizá son grupos de narcotraficantes que se disfrazan con uniformes para despistar a la opinión pública”, deslizó como un comentario al pasar. Pero los vecinos de San Martín, un pueblito en el departamento fronterizo de Sucumbíos, no están de acuerdo con Bogotá. Según Diana Rodríguez, una de las testigos de los secuestros, los paramilitares colombianos suelen aparecer en el pueblo y amedrentar a los campesinos refugiados.

A pesar de la tensión y que la situación de la seguridad fronteriza sigue sin resolverse, ayer la canciller ecuatoriana María Isabel Salvador anunció que podrían restablecer las relaciones diplomáticas con Bogotá. “En un plazo relativamente corto vamos a poder hacerlo, a lo mejor no al nivel más alto, pero sí a nivel de encargados de negocios”, aseguró la funcionaria. Desde Bogotá celebraron la noticia y adelantaron que no pondrán ninguna condición al acercamiento.