Juan Puthod y su familia no tienen paz. El presidente de la Casa de la Memoria de Zárate –sobreviviente de los campos de exterminio, secuestrado el 29 de abril pasado y mantenido cautivo durante 28 horas– sigue participando de sus actividades militantes: viajó a Córdoba para presenciar la apertura del juicio por los delitos cometidos en el Tercer Cuerpo de Ejército y se presentó como querellante en la causa que investiga su “privación ilegal de la libertad agravada”, tal como quedó calificado el hecho en el Juzgado Federal de Zárate-Campana. Pero el viernes, y a pesar de que cuenta con custodia, recibió una nueva amenaza. “Dejate de joder con la causa, viejo hijo de puta, te vamos a matar”, fue la frase que escuchó cuando atendió su teléfono celular. La esposa y los tres hijos de Puthod fueron seguidos y ahora también tienen custodia.

Cinco días después de su secuestro, Puthod fue seguido por un Volkswagen plateado, primero en la calle y luego en un bar. Los hombres que viajaban en el auto se sentaron detrás de la mesa que compartía con su esposa Graciela Lencina y su compañero Martín Labró. Los individuos se mostraron “con total impunidad”, a cara descubierta. El lunes 5 de mayo Puthod fue a declarar a la fiscalía de Martín Zocca y vio en la vereda de enfrente el mismo automóvil. La semana pasada, Lencina y dos de sus hijos fueron seguidos por este Volkswagen. No fueron las únicas intimidaciones: el mayor de los varones notó que un individuo lo siguió a pie mientras que otra de sus hijas tuvo la sospechosa escolta de otro vehículo.

Todos ellos relataron estos hechos en la fiscalía federal de Zárate-Campana, acompañados por el abogado Gabriel Becker, que representa a Puthod en su flamante rol de querellante. Puthod cuenta con un equipo tipo handy que le permite estar conectado al Ministerio de Justicia bonaerense.

Si bien los investigadores conocen los números de la patente del vehículo, nada se sabe sobre el origen de estas nuevas intimidaciones. La causa en la que se investiga el secuestro de Puthod estuvo frenada por cuestiones de competencia que aún no fueron resueltas. Sin embargo, el juez Federico Faggionato Márquez aceptó hacerse cargo del expediente, que a criterio del abogado de Puthod “está estancado”. En diálogo con PáginaI12, Becker negó que la causa sea un fracaso, aunque admitió que “es poco lo que hay”.

El fiscal federal Orlando Bosca rechazó intervenir en el caso Puthod porque considera que no está probado el hecho. En cambio, el juez Faggionato no duda del secuestro y, además, entiende que la desaparición de Puthod se produjo por sus actividades vinculadas a los derechos humanos. Según su abogado, “lo quisieron escarmentar” por todo lo que hace: las actividades de la Casa de la Memoria, sus declaraciones en los juicios (Riveros y otros), su programa de radio e incluso escraches espontáneos cada vez que se cruzaba con algún represor en cualquier restaurante de Zárate. Los jueces de la Cámara de San Martín serán los que decidan si el caso sigue en el fuero federal o vuelve al ordinario.

Mientras tanto, Puthod intenta continuar su vida con la mayor normalidad posible. Fue invitado por la Comisión Provincial de la Memoria de Córdoba para presenciar el inicio del juicio por los delitos de lesa humanidad cometidos en jurisdicción del Tercer Cuerpo de Ejército. Y acudió, con su custodia.