EL MUNDO › CARDOSO ACUSO A LULA DE “ANTIDEMOCRATICO”
Pánico en las filas de Serra
Entre hoy y mañana se jugará en Brasil la cuenta regresiva, en términos políticos, para saber si Luiz Inácio Lula Da Silva resulta electo presidente de Brasil el próximo domingo. Y las encuestas confirman que tiene las de ganar en términos absolutos. Un nuevo sondeo de Ibope le da el 48 por ciento de los votos válidos, aumentando su ventaja sobre el oficialista José Serra. En el acto de cierre de campaña en Sao Paulo, Lula volvió a su pasado sindical frente a una multitud de obreros: “A partir del domingo, si Dios quiere, tendremos por primera vez en la historia de Brasil un metalúrgico tornero mecánico presidente del país más importante de América Latina. Soy el resultado de la conciencia política de la clase trabajadora”.
La cuenta regresiva política empezó ayer. Primero, porque el presidente Fernando Henrique Cardoso comenzó a jugar todas las fichas por su delfín, José Serra, para aunque sea arrancarle a Lula una segunda vuelta con su ex ministro de Salud. Segundo, porque el propio Lula resultará beneficiado de la desesperación de la campaña de Serra, ya que la justicia electoral le permitió al Partido de los Trabajadores más minutos de publicidad como penalización a la campaña oficialista por sus continuos ataques a Lula. Y tercero, porque la posible renuncia de la candidatura de Ciro Gomes para apoyar a Lula está ganando espacio. Uno de sus asesores de campaña, Roberto Mangabeira Unger pidió por la Folha de S. Paulo que Gomes y Anthony Garotinho renuncien, y Leonel Brizola directamente amenazó con pasarse a la campaña de Lula. Algunos analistas especulan con que Gomes anunciará mañana su renuncia, en el último debate televisivo de la campaña.
Lula cerró ayer su campaña en un acto ante obreros de San Pablo, de donde salió a la palestra política como dirigente sindical. Anteayer, había convocado unas 100.000 personas en Porto Alegre, capital de Rio Grande do Sul, bastión del PT. “Les pido que no se conformen porque todavía no ganamos”, advirtió. Los asesores de campaña del PT anunciaron que lanzarán en estos días unos dos millones de militantes a la calle para captar ese dos o tres por ciento que, según todas las encuestas, le falta a Lula para ganar directamente el domingo. Entretanto, la campaña oficialista ya no sabe qué lanzar. Ayer Cardoso criticó desde todos los ángulos posibles a Lula, Garotinho y Gomes, diciendo que les falta “voluntad política” para realizar las reformas que el país necesita. Por ejemplo: se defendió de las críticas a su gestión por no reducir las tasas de interés. “Eso (bajar los intereses) no puede ser hecho así, principalmente en una sociedad democrática. Al final, quienes compran los títulos públicos pueden negarse a adquirirlos si no se les ofrece lo que quieren. Algunos creen que todo depende de voluntad política y no saben nada”, declaró. Convirtiendo su discurso en una curiosa arenga por la democracia, el presidente argumentó que quienes piensan que podía bajar las tasas de interés “tienen una visión antidemocrática y tecnócrata” porque “la legitimidad de un presidente no depende sólo de que venza en las elecciones”. Al fin de su argumentación, el palo llegó a Lula: “No se puede seguir pensando en un Estado intervencionista, que toma decisiones sobre la vida política del país”.
Otro que está atrapado en su propia campaña es Ciro Gomes. Con el 12 por ciento en las encuestas y posibilidades casi nulas de disputar un lugar para un eventual ballottage, sus principales sostenedores se están desbandando y le piden a gritos que se retire, si es que no tiene decidido ya hacerlo. Roberto Mangabeira, uno de los asesores más conocidos y prestigiosos de Gomes, puso sobre papel sus pedidos de renuncia: “El deber de las oposiciones es unirse tanto cuanto sea posible, incluso en el último momento, para asegurarle al candidato opositor líder los pocos votos que puedan faltarle para ganar la elección en la primera ronda”, escribió en la Folha de S. Paulo. Mangabeira denunció que los aliados de Serra planean “violencias” con el objetivo de “hacer triunfar la continuidad y para ‘mexicanizar’ Brasil so pretexto de no ‘argentinizarlo’”.