Los republicanos John McCain y Sarah Palin vivieron una especie de “guerra civil” mientras duró la campaña electoral en los Estados Unidos. Las complicadas relaciones de la dupla perdedora se conocieron apenas 24 horas después de que Barack Obama fuera elegido presidente, según publicó el periódico The New York Times. Las tensiones surgieron a mediados de septiembre, cuando el equipo de campaña de McCain debió manejar el efecto negativo de la gran cantidad de dinero que la gobernadora de Alaska destinaba a su imagen. El entorno de McCain la consideraba un “lastre” y el distanciamiento final entre ambos se evidenció en el discurso en que el senador por Arizona reconoció la derrota, donde la nombró sólo una vez.