Jueves, 12 de febrero de 2009 | Hoy
EL MUNDO › SEGúN BASHIR BASHIR, ANALISTA PALESTINO DE LA UNIVERSIDAD DE JERUSALéN
Las elecciones israelíes arrojan un resultado adverso para la apertura de un proceso de paz con Palestina. Estados Unidos puede cumplir un rol importante, pero no está claro que vaya a presionar a su aliado histórico, afirma el experto.
Por Mercedes López San Miguel
Livni necesita a Netanyahu para formar gobierno y Netanyahu necesita a Livni para ganar credibilidad, afirma Bashir Bashir, analista palestino y profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Hebrea de Jerusalén. En diálogo telefónico con Página/12, Bashir analiza los resultados de las elecciones en Israel, el futuro rol de la administración Obama y las negociaciones con los palestinos. “Netanyahu necesita incluir a Livni porque se verá mejor en el exterior –sobre todo frente a Estados Unidos–, para que no sea sólo un rejunte de fanáticos y extremistas”, afirma el autor de Una Palestina independiente: promesa incumplida.
–¿Cuál será la coalición que se forme para gobernar Israel?
–La coalición más probable será una que incluya al ala de derecha más extrema y los partidos ultraortodoxos. Estos partidos, junto al derechista Likud, alcanzarían una mayoría en el Parlamento. Lo más seguro es que el partido fascista y extremista Israel Beiteinu, liderado por Avigdor Lieberman, será una formación clave en cualquier coalición. La voz que domina en el laborismo es que debe mantenerse como oposición para poder recuperarse y hacer cambios. Netanyahu probablemente quiera convencer a Kadima para incluirlo en una alianza; incluso si fracasa en un principio, seguirá insistiendo hasta que termine lográndolo. Netanyahu necesita incluir a Kadima porque se verá mejor en el exterior –la comunidad internacional y sobre todo Estados Unidos–, para que no sea sólo un rejunte de fanáticos y extremistas.
–¿Qué rol debería cumplir Estados Unidos en Medio Oriente?
–Los puntos de vista de Wa-shington son extremadamente esenciales para cualquier gobierno israelí. Las relaciones de Israel con EE.UU. son las más importantes y estratégicas. Ahora, aún no es claro si la administración Obama hará realmente presión sobre Israel teniendo en cuenta la cuestión palestina. El gobierno de Bush fue uno de los más simpáticos, o diría, el más simpático para Israel. Eso es en parte la causa por la que el proceso de paz murió. Creo que hay expectativas de que Obama juegue un papel de mediador justo. Pero son sólo expectativas. Es seguro que los intereses de Washington en Medio Oriente y otras partes del mundo se pondrán en riesgo si no se logran progresos en la causa palestina.
–¿Y qué pasará con los palestinos?
–Bueno, no hay un proceso de paz. ¡Murió hace tiempo! Sería un error llamar los encuentros de Mahmud Abbas y Ehud Olmert “proceso de paz”. Nada realmente serio se extrajo de esas conversaciones. Por el contrario, el gobierno israelí aumentó su expansionismo colonial en Cisjordania y el muro de separación sigue de pie. Además, ningún puesto fronterizo fue removido en Cisjordania para aliviar a los movimientos palestinos. Con Kadima y el laborismo (la coalición saliente), el régimen de ocupación se estancó. Las diferencias son mínimas entre Likud, Kadima y laborismo en relación al conflicto con los palestinos. Estas elecciones mostraron que no existe un proceso de paz como se dice y cree. Es muy poco probable que veamos cambios profundos, como terminar la ocupación y lograr alguna aspiración nacional palestina.
–Entonces, ¿es lo mismo una coalición liderada por Livni que por Netanyahu?
–Creo que la diferencia con un gobierno liderado por Netanyahu es que la comunidad internacional y las instituciones poderosas van a encontrar difícil poder presentar al gobierno israelí como un buscador de la paz y listo para lograr un acuerdo. El laborismo y Kadima siempre se las arreglaron para ser vistos como pragmáticos, moderados y pacifistas cuando realmente no lo son.
–¿Qué se puede esperar del lado palestino?
–Será difícil para la Autoridad Palestina y sus líderes pretender que conversen y negocien con Israel cuando no consiguen nada. Por otra parte, las inútiles negociaciones le dan argumentos a Israel para fortalecer y ampliar la ocupación en Cisjordania, Jerusalén oriental y Gaza. Un gobierno israelí que no oculta su agenda colonialista estará bajo una inmensa presión, especialmente después de los crímenes de guerra cometidos en Gaza.
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