Barack Obama pidió más tropas para Afganistán y Europa se hizo la distraída. Sin sutilezas ni indirectas, el presidente norteamericano les exigió un mayor compromiso a sus aliados de la OTAN en la nueva estrategia que planea lanzar a mediados de año en Afganistán. “Europa no debería esperar que Estados Unidos cargue ese fardo solo porque es un problema que nos atañe a ambos. Y es necesario un esfuerzo conjunto”, reclamó Obama en Estrasburgo, una de las sedes de la cumbre de la OTAN que se realiza en la frontera alemano-francesa. La respuesta fue tibia, cuanto menos. Francia prometió mantener el contingente actual, España anunció que enviará doce oficiales para entrenar a las fuerzas afganas y Reino Unido se comprometió a aumentar su presencia militar para las elecciones de agosto próximo, pero adelantó un número.

Desde que llegó a Francia, Obama se reunió de forma bilateral con los anfitriones de la cumbre, el francés Nicolas Sarkozy y la alemana Angela Merkel. Antes, en Londres, había conversado con el premier británico Gordon Brown y el jefe de gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. A todos les hizo dos pedidos: reforzar el contingente de la OTAN que pelea hace más de ocho años en Afganistán y recibir a los prisioneros de Guantánamo que serán trasladados por el cierre definitivo de la prisión militar. Europa no se quiso jugar con ninguno de los pedidos.

El único que fue concreto en su respuesta fue España. Desde Madrid la ministra de Defensa de Zapatero, Carmen Chacón, informó que doce oficiales viajarán próximamente a Afganistán para entrenar a un batallón. Además, adelantó, están estudiando el envío de más soldados, personal civil y fondos para fortalecer la misión de la OTAN en ese país.

Sarkozy, en cambio, alabó la nueva estrategia de Obama, que incluye el aumento de 31 mil soldados, pero evitó prometer lo mismo. “Respaldamos y apoyamos totalmente la nueva estrategia de Estados Unidos para Afganistán”, fue la salida educada del mandatario francés durante la conferencia de prensa conjunta de ayer.

Horas más tarde y sin darse por vencido, Obama volvió a intentarlo, esta vez con la canciller alemana. “Cuando celebramos esta importante conmemoración para la OTAN, hemos recordado que debemos incrementar nuestros esfuerzos conjuntos en Afganistán. Y tenemos que ser más efectivos”, reiteró ante las cámaras el mandatario, después de reunirse con Merkel. La dirigente conservadora esquivó el tema con suma diplomacia y dedicó sus cinco minutos a hablar de dos temas menos conflictivos entre los miembros de la OTAN, Irán y Rusia.

El gobierno europeo más generoso fue Bélgica. Fuentes de la delegación belga adelantaron que sumarán 65 soldados a su fuerza de 500 en Afganistán y enviarán dos aviones F-16 para reforzar a la flota de cuatro que ya combaten en el desierto afgano.

Obama tuvo un poco de mejor suerte con su cruzada para reubicar a los presos de Guantánamo que, una vez libres, temen volver a sus países de origen. Sarkozy confirmó que su gobierno está dispuesto a recibir a un detenido y garantizar su reinserción social. España y Portugal harían otro tanto, aunque aún no se sabe a cuántos presos estarían dispuestos a recibir. El resto de la Unión Europea lo está discutiendo. Ayer la Comisión Europea felicitó a Obama por programar el cierre de la cárcel de Guantánamo, pero no levantó el guante tendido por el mandatario norteamericano.