EL MUNDO › CARLOS TORANZO CREE QUE AUN NO HA ACABADO TODO
“Todavía tiene algo de vida”
“No creo que Sánchez de Lozada se vea obligado a renunciar ya. Pero si no da señales claras y rápidas de cambios, se quedará sin apoyo alguno para gobernar. Y más si no resuelve el conflicto con las fuerzas de seguridad.” Para el analista Carlos Toranzo, todavía el presidente boliviano tiene margen de acción luego de la trágica jornada de ayer que hizo pensar en su renuncia. Toranzo coincide con otros analistas (ver nota aparte) acerca de que éste es un conflicto generado por un gobierno diezmado por su propia “miopía política”, pero todavía le augura un poco más de vida.
–¿Puede Sánchez de Lozada seguir en el poder después de los episodios de ayer?
–Quienes están pidiendo su renuncia son el Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales y algunos sindicatos combativos. No hay empresarios ni otros movimientos cívicos, ni siquiera la opositora Nueva Fuerza Republicana (NFR) de Manfred Reyes Villa, que apoyen este pedido. En el conflicto anterior, hace unas semanas, Evo Morales se quedó relativamente aislado con su pedido de renuncia.
–O sea, que para usted ahora va a ocurrir lo mismo.
–Sí, pero eso no quiere decir que estemos en la misma situación. Estamos mucho peor y es consecuencia de una notable miopía política del gobierno. Sin haber resuelto aún el conflicto con los cocaleros, el gobierno dicta medidas contra la clase media urbana, que era su único sostén político, y ni siquiera un sostén incondicional. Evo Morales presiona mucho sobre el gobierno, pero pertenece al mundo campesino, que es muy importante en Bolivia pero que está regionalmente circunscripto. Sin apoyo político, el gobierno se lanza a ganarse más oposición. Es incomprensible.
–¿Cómo remonta la situación Sánchez de Lozada de aquí en más?
–Primero, derogando las medidas que provocaron el estallido, algo que ya hizo. Segundo, solucionando hoy mismo (por ayer) el enfrentamiento con la policía, porque sin policía la sensación de caos se multiplicará y no habrá quien la frene. Ya en el conflicto anterior hubo un conato de amotinamiento de la policía, cuando algunos efectivos se negaron a reprimir a los cocaleros. También los militares están cada vez más reticentes a reprimir y entre las Fuerzas Armadas y la policía la relación no siempre es buena.
–Si logra solucionar la situación y el pedido de renuncia no es masivo, como usted piensa, ¿cuál es el día después?
–Aquí la situación puede terminar pareciéndose a Venezuela, pero Sánchez de Lozada no tendrá alguien que lo apoye, como parece tener Hugo Chávez. Sánchez de Lozada le regaló a Evo Morales una oposición generalizada y activa, y de él depende rearmar el juego. Los bolivianos están hartos de la corrupción y el clientelismo político de un sistema que se manejaba con acuerdos que se ven como sucios. En lugar de apartarse de ellos, Sánchez de Lozada insistió en la repartija de cargos e influencias. Más que adoptar medidas fuertes sin consenso político, el presidente debe dar señales muy claras y rápidas de que está atacando la corrupción política para ganar un poco de aire. No es agradable decirlo de este modo, pero Sánchez de Lozada necesita armar una ingeniería política para lograr un mínimo apoyo de algunos partidos y llevar a Evo Morales a trabajar más en el Parlamento que en las rutas. De otro modo, el final será imprevisible.