Académicos, intelectuales, comunicadores y artistas mayormente de Colombia, así como de otros países de la región, Estados Unidos y Europa, publicaron una carta de apoyo al diálogo entre el gobierno de Santos y las FARC para poner fin al conflicto armado que lleva décadas. “Es ésta una oportunidad única e irrepetible”, afirmaron los firmantes de la declaración, entre ellos, el politólogo colombiano Adolfo Atehortúa y el profesor de Georgetown Mark Chernick. “Si fracasa, la confrontación avanzará pero con mayor intensidad y con altas y aún inéditas cotas de degradación”, advirtió el texto, que recordó el efecto negativo de intentos pasados. “Anteriores fracasos han sido no sólo derrotas de la paz sino triunfos siniestros de la guerra.”

Este será el cuarto intento que se emprenda desde los años ochenta. La primera iniciativa tuvo lugar en 1984, cuando la guerrilla y el entonces g gobierno de Belisario Betancur iniciaron un proceso de paz que quedó trunco. Siete años después, en 1991, comenzaba un nuevo proceso de negociación bajo el gobierno de César Gaviria, que arrancó en Caracas y fracasó en México en 1997. Y en 1999 el gobierno de Andrés Pastrana instaló una zona desmilitarizada de cara a un tercer intento. No prosperó. En este contexto es que unos 300 académicos, analistas y hombres de la cultura exhortaron al jefe del Ejecutivo, Juan Manuel Santos, y a las FARC a superar los escollos. “Urgimos a las partes a no levantarse de la mesa hasta llegar a un acuerdo final, y a superar los muchos, graves y previsibles obstáculos que acompañarán un proceso tan complejo como el que hoy comienza”, sostiene la nota.

Los firmantes destacaron la “presencia en la mesa de negociación de los más altos mandos de las FARC y, por parte del gobierno, de delegados cercanos a los gremios de producción, a las fuerzas armadas y a los demás poderes del Estado”, lo cual califican como “garantía de la representatividad y seriedad de las conversaciones”.

También advirtieron que en esta etapa inicial serán necesarias la discreción y la confidencialidad de las negociaciones, pues “en la experiencia internacional ningún conflicto armado interno se ha resuelto mediante diálogos públicos”, y subrayaron que “esto deben entenderlo los medios y la opinión”. Sostuvieron que el cese bilateral del fuego “es un asunto importante y altamente deseable”, aunque admitieron que “su éxito requiere de un sistema de verificación eficaz, que de momento no parece ser factible”.“Aunque su ausencia no es un obstáculo insuperable, exhortamos a las partes –como prueba de su genuina voluntad de paz– a que no sigan desperdiciando vidas de colombianos, a que en todo caso busquen ceñirse a las normas del derecho de la guerra”, indicaron.

Agregaron que “para allanar el camino es urgente procurar cambios en el lenguaje de los actores” y remarcaron que “éste es el primer paso, en el entendimiento de que el terreno de la paz debe fertilizarse con hechos y palabras de paz”.

Entre los firmantes destacan el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro; el periodista y novelista Daniel Samper Pizano, y la directora de la Asociación de Familiares de Miembros de la Fuerza Pública Retenidos y Liberados por Grupos Guerrilleros (Asfamipaz) y miembro de Colombianos por la Paz, Marleny Orjuela.