Dilma Rousseff coordinó una reunión de ministros que se prolongó por diez horas el sábado, cuando fueron analizados los pliegos de concesiones de aeropuertos y otros proyectos de infraestructura. Aseguró que ha dado “vuelta la página” en la crisis por corrupción que afecta a Petrobras, cuyas autoridades presentaron un balance el miércoles último bien recibido por el mercado, donde se valorizaron las acciones de la petrolera.

El opositor Neves promete redoblar su campaña por el impeachment esta semana, pero su poder de fuego parece debilitarse debido a las críticas que le formularon varios correligionarios. Menos presionada por el poder financiero y con la oposición dividida, Dilma no para de trabajar, confiada en retomar el timón luego de cuatro meses de crisis política.

“La presidenta tiene una capacidad de trabajo excepcional. Este año nos hemos reunido con ella, hablamos sobre la marcha del gobierno”, cuenta el diputado Machado. “Ella es una mujer muy fuerte, pasó por las mazmorras de la dictadura. Una persona que logró superar la tortura tiene una estructura psicológica inquebrantable, ella puede enfrentar cualquier coyuntura política. Nunca la vi llorar. Dilma tiene una posición firme en defensa del interés nacional, de la soberanía. Nos ha dicho que su gobierno va a solucionar todos estos problemas de corrupción.”