La votación de la madrugada del jueves del paquete de reformas en el Parlamento asestó un duro golpe al primer ministro, Alexis Tsipras, quien tras la negativa de casi 40 diputados a respaldarlo, tiene que buscar fórmulas para garantizar la estabilidad política en Grecia. Para ayer se esperaba que Tsipras anunciara una remodelación del gobierno y después de una reunión con su equipo de colaboradores más estrechos, el primer ministro optó por no mover nada, al menos de momento, según informaron fuentes gubernamentales. “Hoy no se anunciará la remodelación”, informaron ayer lacónicamente las fuentes del gobierno. A lo largo de la jornada, habían corrido por los portales informativos versiones varias sobre quienes podrían ser los sustitutos de los tres miembros del gobierno –un ministro y tres ministros adjuntos– que dejarán previsiblemente el cargo, tras votar la noche anterior en contra del acuerdo con la Eurozona. Esta primera ley de reformas acordadas con los socios del euro, como condición para iniciar las negociaciones de un tercer rescate financiero a Grecia, salió adelante en la madrugada sin que el gobierno lograse la mayoría parlamentaria propia y solo gracias al apoyo de la oposición. De los 149 diputados de la coalición gobernante, 32 votaron en contra, 6 se abstuvieron y uno optó por ausentarse. Entre los votos negativos se destacaron el del ya ex ministro de Finanzas Yanis Varoufakis, el del ministro de Energía Panayotis Lafazanis y el de la presidenta del Parlamento, Zoe Konstandopulu. Para poder mantener una cierta estabilidad gubernamental, se parte de la base de que Tsipras tendrá que sustituir a Lafazanis, portavoz de la corriente más izquierdista de Syriza, así como a los ministros adjuntos de Seguridad Social, Dimitris Stratulis, Defensa, Kostas Isijos, y Finanzas, Nadia Valavani.