La Casa Blanca discretamente anunció que el objetivo de cumplir la promesa del presidente Barack Obama de cerrar la prisión militar de Guantánamo implicará llevar a varias docenas de sus detenidos más peligrosos a cárceles en suelo estadounidense. Dando nuevos detalles sobre los arreglos para finalmente clausurar el penal de Guantánamo, Lisa Monaco, una alta asesora de seguridad del presidente, dijo el fin de semana que mientras ella prevé persuadir a otros países a aceptar unos 52 de los 116 prisioneros restantes, habría un mínimo grupo de internos demasiado peligrosos para reubicar en el extranjero. Aquellos llevados a Estados Unidos serían puestos en prisiones de alta seguridad donde podrían permanecer bajo custodia militar o enfrentar procesos penales. La administración concluyó que no tiene otra opción que dedicarse a lo que seguramente será una dura lucha con el Congreso para que permita cerrar la cárcel con un vergonzoso historial en derechos humanos.