EL MUNDO › EL PRESIDENTE RUSO TIENE EL PODER POLITICO QUE DESEABA
Todo en las manos de Putin
Por P. Bonet y R. Fernández *
Desde Moscú
“Todo está en tus manos” era el título de una canción que le cantaron a Vladimir Putin sus seguidores en vísperas de estas elecciones. Ahora el título es una realidad: todo está en manos de Putin, porque el presidente ha conseguido la mayoría que necesita para cambiar la Constitución, si ése es su deseo. El líder ruso podrá utilizar esta mayoría para encauzar constructivamente los ánimos nacionalistas y extremistas, que efectivamente existen a lo largo y ancho del país, o podrá incentivarlos con el peligro de que el proceso se torne incontrolable y las repercusiones internacionales que ello podría tener. Putin dijo ayer tener “totalmente claro” que los resultados de las elecciones “reflejan las simpatías reales del pueblo” y las “realidades de la vida política” de Rusia.
Vladimir Rizhkov, secretario del comité Rusia en Europa, dijo que resultados indican una actitud hostil hacia el continente y recordó también la iniciativa legislativa de última hora presentada en el Consejo de la Duma saliente por los ultranacionalistas de Zhirinovski para anexionarse los territorios georgianos. Rogozin, que dirigía el Comité de Relaciones Internacionales de la Cámara saliente y que es uno de los principales líderes de Ródina, presiona para que Rusia reciba en su seno a Abjazia, Osetia del Sur e incluso Adzharia. Más aún, Rogozin dijo que había que aprovechar los precedentes de la práctica internacional para lanzar ataques preventivos contra las guaridas de los terroristas. El político se refería a Georgia, ese país vecino a Rusia donde acaban de llegar al poder fuerzas que los nacionalistas como él califican de antirrusas. Rogozin, que obtuvo un aplastante triunfo en la circunscripción nominal donde se presentó (78 por ciento), siempre ha apoyado al presidente, incluso en lo peor, como es la política represiva en Chechenia.
Hasta ahora, tanto Rogozin como Gláziev parecen estar bajo control y no toman iniciativas arriesgadas por cuenta propia. Algunos politólogos especulaban con la posibilidad de que Gláziev, con un éxito como el conseguido, se presentaría a las elecciones presidenciales de marzo próximo, lo que no está evidentemente en los planes del Kremlin. Sin embargo, Gláziev, una vez conocido su triunfo, dijo que no pensaba competir y que se concentraría en cumplir el programa electoral. Este tiene un carácter expropiatorio, porque de otra manera es muy difícil ver cómo van a lograr los 15.000 millones de dólares extras que prometen sacar de la llamada “renta de la naturaleza”, el beneficio de la explotación de los recursos naturales. Pero la docilidad de ambos líderes de Ródina podría evolucionar, si el presidente pierde popularidad, los precios del petróleo bajan y la sociedad se radicaliza.
Por sus orígenes en los órganos de Seguridad, Putin ha impulsado una restauración nacionalista, al jugar con los ánimos de los uniformados rusos. Así, el presidente rescató el himno soviético y la Bandera Roja, entre otras cosas, además de recuperar la retórica de gran potencia. A medida que subían los precios del petróleo también ha ido aumentando la prepotencia de los dirigentes rusos, que no cumplen sus obligaciones internacionales y ponen condiciones para ingresar en organismos como la Organización Mundial de Comercio.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.