EL MUNDO
La delgada línea roja
El mando de la flota rusa del Mar Negro negó que hubiera entregado armas a ucranianos rusohablantes de la península de Crimea durante la crisis política que amenazó con fracturar a Ucrania. Crimea es parte de Ucrania pero Rusia tiene en esa estratégica península una potente base naval en el puerto de Sebastopol, mediante un contrato de arriendo a largo plazo suscripto por Rusia y Ucrania tras la desaparición de la Unión Soviética. El diputado opositor Hryhory Omelchenko denunció el fin de semana que oficiales de la flota rusa del Mar Negro entregaron armas a grupos de la minoría rusohablante de Ucrania, incluidos 100 fusiles Kalashnikov, 90 granadas de mano, 25 kilogramos de explosivos plásticos y 100 detonadores.