EL MUNDO › HERRI BATASUNA, EUSKAL HERRITARROK, BATASUNA
Maneras de ser o no ser ETA
Fueron 24 años de izquierda nacionalista vasca y 24 años de intentos de ponerla, y ponerse, fuera de la ley. El Herri Batasuna (HB, Unidad Popular, en euskera), nació en 1978 como una alianza de cuatro partidos nacionalistas ubicados a la izquierda del Partido Nacionalista Vasco (PNV). El primer manifiesto de HB apuntaba a constituir “una mesa permanente de debate; un eje electoral, en principio, ante las elecciones municipales; y un posible eje de movilización de masas”. En el marco de la llamada Koordinadora Abertzale (izquierdista) Sozialista (KAS), HB era el brazo político de ETA, que a su vez se unió con el sindicato vasco LAB y la organización juvenil Segi (antes Jarrai y Haika) en el concepto del Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV). Pero en los últimos años todas estas uniones se fueron rompiendo y el mismo HB, refundado con distintos nombres, fue perdiendo dirigentes.
El histórico dirigente de HB lo decía claramente, allá por fines de la década del ‘70: “Votar HB es votar a ETA”. El partido nunca ha condenado ninguno de los atentados del grupo armado, con 836 muertos y casi 2400 heridos desde 1968. En su primera elección regional, en 1980, cuando el PNV quedó consagrado como el partido del poder en el País Vasco, no llegó al uno por ciento de los votos. Pero aún no era un partido legalmente constituido.
La legalización llegó en 1986. Al año siguiente, la ETA cometió su atentado más sangriento en la tienda Hipercor, en Barcelona, donde murieron 21 personas, y allí un centenar de afiliados se retiró criticando la realización del hecho. Desde entonces, la ofensiva para ilegalizar a Herri Batasuna siguió sin éxito mientras HB adquiría importancia como fuerza electoral. Para la campaña de las elecciones regionales de 1997, HB usó un video de la ETA y permitió que la justicia española enjuiciara y encarcelara a los 23 integrantes de la Mesa Nacional de HB bajo el cargo de “colaboración con banda armada”. Al año siguiente, HB adoptó un nuevo nombre, Euskal Herritarrok (EH, “Ciudadanos Vascos”), el Tribunal Constitucional suspendió la sentencia contra aquellos 23 “batasunas” y el flamante EH, al calor de la tregua firmada por la ETA y las formaciones políticas vascas, hace la mejor elección de su historia, pasando a formar parte del gobierno regional.
Con el fin de la tregua, en 1999, la ETA incrementó sus atentados y EH comenzó a sufrir más divisiones internas. En los últimos comicios, EH perdió la mitad de sus escaños y se renombró como “Batasuna”, ya sin algunos dirigentes. Y ahora, sin legalidad.