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De cara a los comicios legislativos de noviembre próximo, el presidente estadounidense George W. Bush batió el record de recaudación de fondos para financiar la campaña de su Partido Republicano: logró sumar 115 millones de dólares de sus apariciones en 50 actos políticos, según calcularon los medios locales. En las elecciones se renovará en su totalidad la Cámara de Representantes, donde los republicanos tienen mayoría, y un tercio del Senado, así como muchos gobernadores y alcaldes. La Casa Blanca se ha propuesto luchar a fondo –y con fondos– para lograr la mayoría en ambas cámaras.
“El presidente obviamente quiere asegurarse de que la Cámara de Representantes sigue siendo republicana y hacer lo que pueda para que se elija a un Senado republicano, a fin de hacer avanzar su programa”, declaró ayer Scott McClellan, un vocero de la Casa Blanca. Bush, quien pasó la mayor parte de agosto de vacaciones en su rancho texano de Crawford, sólo lo ha abandonado para participar en los actos de recaudación de fondos en numerosos estados, algunos de ellos de importancia capital tanto para el llamado a las urnas de noviembre como para su reelección en 2004. Bush continuará con las actividades recaudatorias para sus correligionarios, pero en las próximas semanas se concentrará en viajar a ciudades y salir a la calle para “pedir el voto” a los ciudadanos. La idea de los estrategas presidenciales es usar la imagen de Bush como comandante en jefe de un país en guerra para atraer los votos, según reconocen en privado fuentes de Washington.
El record del actual jefe de estado es notable si se tiene en cuenta que la anterior marca de 105 millones estaba en posesión del demócrata Bill Clinton, un auténtico especialista en el género y que se estableció en la campaña para las elecciones presidenciales de 2000, cuando el candidato demócrata era Al Gore. La campaña electoral de los comicios legislativos de noviembre comienza tradicionalmente después del Día del Trabajo, que en Estados Unidos se celebra el primer lunes de setiembre. De ahí en más, Bush se lanzará a la arena electoral. Por empezar, viajará a la siderúrgica ciudad de Pittsburgh (Pennsylvania), para hablar sobre la economía, que se presenta como uno de los factores más delicados.