EL PAíS › EL GOBERNADOR MONTIEL FUE ESCRACHADO Y GOLPEADO
Un juicio político sumario
Por Daniel Enz
Desde Paraná
El enfrentamiento entre el radical Sergio Montiel y los gremios estatales tuvo su pico máximo ayer al mediodía, cuando un grupo de manifestantes, después de una concentración en Casa de Gobierno, se encontró ocasionalmente al gobernador entrerriano saliendo de una clínica privada e intentaron golpearlo.
Montiel logró subir al vehículo oficial y salió raudamente con uno de sus choferes. Una piedra le rompió el vidrio trasero y uno de sus custodios fue duramente golpeado, por lo cual quedó internado en el mismo sanatorio.
Mientras tanto, ayer fracasó la cuarta sesión del juicio político al mandatario provincial, ya que, de nuevo, los 9 diputados oficialistas no dieron quórum. Mientras hay quienes sostienen que algunos de éstos se terminarán quebrando y renunciarán a sus bancas, como consecuencia de las fuertes presiones que tienen en sus viviendas, donde se les hacen continuos escraches, desde la oposición se entiende que la única salida será expulsarlos por inasistencia reiterada, ya que tampoco fueron buscados por la fuerza pública, tal como se les exigió a la Policía.
“La violencia la está generando permanentemente Montiel y hay veces que no podemos contener a los compañeros, a los que se les debe, se les sigue pagando todo en bonos federales depreciados, se les quita el aguinaldo, se les condiciona el presentismo y se los persigue como a nadie diariamente. ¿Qué quieren, que les haga tomar una caja de Valium antes de cada movilización?”, se preguntó el secretario general de ATE Entre Ríos, Edgardo Massarotti, sin dudas el dirigente más crítico del gobernador, poco después de la escena producida frente al sanatorio. Massarotti no ocultaba su enojo, porque minutos antes, el jefe de Policía, comisario mayor Julio Brassesco, había dicho públicamente que había sido él uno de los que intentó pegarle al gobernador. Testigos del hecho indicaron a Página/12 que el gremialista en verdad no se encontraba y llegó al rato, cuando se enteró lo que había sucedido.
Lo de ayer fue casual y espontáneo. Aprovechando que la manifestación de la Multisectorial estaba concentrada frente a la Cámara de Diputados, reclamando por el tratamiento del dictamen de mayoría del juicio político que se le inició, por la emisión de 198 millones de bonos federales sin autorización legislativa, Montiel acudió, sin avisarle a nadie, hasta un sanatorio ubicado a no más de 6 cuadras de la Casa de Gobierno. Fue a visitar a uno de sus diputados fieles, Rubén Maín (Paraná Campaña), quien tuvo un grave accidente automovilístico en la madrugada del miércoles, cuando viajaba hacia Santa Fe, aunque se recupera favorablemente.
El caudillo entrerriano estuvo por varios minutos allí y tuvo que salir casi corriendo, cerca de la una de la tarde, cuando le avisaron que un grupo de militantes gremiales había detectado la presencia de los vehículos oficiales, cuando se estaban desconcentrando, y venían hacia la puerta de la clínica para escracharlo. Cuando los manifestantes estaban a escasos metros, entre gritos, insultos y alguna piedra que voló por los aires, Montiel logró subir a uno de los coches y salió rápidamente de la zona, en contramano, pese al tránsito que había. Una de las piedras pegó en el vidrio trasero, pero no alcanzó a estallar. Los que la pasaron mal fueron los dos oficiales del otro vehículo y en especial uno de ellos, de apellido Sánchez, a quien le tiraron una bomba de estruendo a los pies y le propinaron una dura golpiza. La situación del policía no se agravó porque los propios dirigentes de ATE lograron sacarlo y con la ayuda de un médico lo ingresaron a la clínica para su internación.