Lunes, 28 de abril de 2008 | Hoy
EL PAíS › UN ENSAYO FOTOGRáFICO SOBRE LA DESAPARICIóN Y LOS RECUERDOS
En el Museo de Arte y Memoria de La Plata se expone una muestra del fotógrafo Gerardo Dell’Orto que reúne tomas de su hermana desaparecida, su hija, sus obras y su compañero de cautiverio, el testigo Jorge Julio López, también desaparecido.
Por Adriana Meyer
“Patricia, mi hermana desaparecida. En las fotos que le hizo mi padre. En las que le hice yo a su hija. En sus pinturas, dibujos y grabados. En el relato guardado durante años por un testigo.” Así presenta el fotógrafo Gerardo Dell’Orto la muestra que expone en el Museo de Arte y Memoria (MAM) de La Plata. El testigo que menciona ya no está, es el desaparecido Jorge Julio López, compañero de cautiverio de Patricia Dell’Orto, y a quien ella le pidió que buscara a su hija y le dijera que la amaba. López encontró a Mariana Dell’Orto y cumplió, pero desde el 18 de septiembre de 2006 está ausente de las fotos familiares. “Julio me dio la foto que me faltaba, una imagen relatada que estaba en su memoria”, resume Dell’Orto.
Patricia era la mayor de los hermanos, luego venían Cecilia y Silvia. Le llevaba once años a Gerardo. Militaba en la Juventud Peronista, en la Unidad Básica Juan Pablo Maestre que la Tendencia tenía en Los Hornos y donde conoció a López, junto a su compañero Ambrosio De Marco. Era dibujante y su último trabajo fue en la fábrica Rigolleau, antes de quedar embarazada y empezar a criar a Mariana. Su secuestro fue en la quinta de fin de semana que la familia tenía en Villa Elisa, donde estaban viviendo todos juntos, 25 días después del nacimiento de Mariana. “Estaba en la cama y un tipo me apuntó con una ametralladora”, dice Gerardo sobre ese momento.
Muchas de las fotografías de la muestra fueron tomadas en esa casa. Una serie de retratos de Mariana fue realizada por su tío cuando tenía 21 años, la misma edad que Patricia cuando fue secuestrada. En uno de ellos Mariana muestra un tatuaje que lleva en el hombro, una figura tomada de un cuadro de su madre.
Gerardo Dell’Orto encontró en los árboles el motivo de un ensayo fotográfico para un taller que hizo con Adriana Lestido. Tomó esas fotos en 1999 cuando su padre, también fotógrafo, presentó el caso de Patricia en el Juicio por la Verdad, en La Plata. “López declaró en ese juicio por primera vez, y algunas de esas fotos son de árboles en Arana, cuando fueron al reconocimiento”, describe Dell’Orto a Página/12. “La idea de incluirlas tiene que ver con los altibajos en la búsqueda de justicia, la esperanza y la derrota. Algunas son oscuras y movidas, otras tienen formas de tumbas, de siluetas y hasta de un puño en alto”, precisa.
Ruben López, el hijo del testigo desaparecido, acudió a la inauguración de la muestra. Junto al padre de Gerardo, Alfonso Dell’Orto, recordaron el encuentro entre las dos familias. “Julio López me contó que estuvo con mi hermana y Ambrosio, que los mataron como represalia por una bomba en la policía”, recuerda. En el juicio contra el represor Miguel Etchecolatz, López relató la tortura sufrida por la pareja, el momento del asesinato, y no dudó en señalar al acusado como quien “dirigió personalmente esa matanza”. Con el paso de los años, López comenzó a escribir y dibujar en una serie de cuadernos. Las fotos de Dell’Orto también reflejan parte de su contenido.
“Todo esto empieza como un intento de ensayo fotográfico con una chica hija de desaparecidos, y al mismo tiempo le sacaba a Mariana, hasta que me di cuenta de que tenía que ser a Mariana. Ponía distancia, no sabía bien qué tan afuera o qué tan adentro estaba de su historia, cuál era mi lugar. Quedó ahí en un cajón hasta el juicio (contra Etchecolatz). La condena cosió la historia, ató las partes. Y el secuestro de López me dejó en un lugar de angustia que no podía resolver. Algo tenía que hacer, y fue esto: los ojos de Mariana, los ojos de Patricia, las fotos familiares del ’76 y del ’96 en el álbum familiar, aparecieron los viejos negativos de mi papá de fotos que le sacó a Patricia, y el relato de López que me traía una imagen que yo no quería. Patricia era la hija desaparecida de mi viejo, era la hermana desaparecida nuestra, eran los padres que Mariana nunca había conocido. Cuando López me cuenta, me cae la ficha de que Patricia es la madre que se perdió de criar a una hija, esa foto que me faltaba me la da López, es una imagen relatada y guardada en la memoria”, dice este fotógrafo, sereno y conmovido.
La exposición continuará abierta hasta fines de mayo en el MAM, calle 9 número 984, en La Plata.
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