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La ciudad de Buenos Aires se convirtió ayer en la primera jurisdicción de América latina en tener la educación media de carácter obligatorio. “El Estado tendrá la responsabilidad de generar las condiciones para que los chicos porteños de entre 13 y 18 años puedan ir al secundario”, aseguró ayer a Página/12 el secretario de Educación de la ciudad, Daniel Filmus.
La Legislatura aprobó a la noche por mayoría –con la sola abstención de Izquierda Unida– una ley enviada por el Poder Ejecutivo que extiende “la obligatoriedad de la educación hasta la finalización del nivel medio, en todas sus modalidades y orientaciones”, según reza el texto que tuvo consenso mayoritario en el recinto. Es más, el Poder Ejecutivo de la ciudad de Buenos Aires “debe adecuar e incrementar progresivamente en el plazo de cinco años los servicios educativos necesarios para la extensión de la educación obligatoria, adaptando la infraestructura escolar y proveyendo los equipamientos requeridos para garantizar el efectivo cumplimiento de la misma”.
Filmus, impulsor de esta iniciativa, estaba satisfecho. “Es un paso adelante en la ciudad, la ley no es el final sino un punto de partida para generar estrategias y medidas para que los chicos estén adentro”, aseguró el funcionario. “Vamos a brindar apoyo socioeconómico a los alumnos a través de becas, incrementar la infraestructura en los barrios donde no hay escuelas medias y a llevar a cabo reformas pedagógicas para que se brinde una educación de calidad y los chicos puedan ingresar al mercado laboral.”
Para cumplir con estas metas, el gobierno porteño tiene previsto habilitar nueve escuelas más que ya tienen destinada su ubicación, dos de las cuales ya están construidas. Los distritos más afectados por la deserción escolar son los 21, 20, 19, 5, 4 y 13, que abarcan todos los barrios de la zona sur de la ciudad. “La construcción de escuelas está prevista para estos barrios”, aseguró. “La diferencia asciende al doble con otras zonas. Lugano tiene un 21 por ciento de deserción y barrios de la zona norte tienen 4 por ciento”, informó Filmus.
El proyecto aprobado incorporó un nuevo artículo en el que se establecen “pautas presupuestarias que el gobierno debe enviar a la Legislatura para su aprobación”, comentó a Página/12 Daniel Bravo, presidente de la Comisión de Educación de la Legislatura. “La concepción política de cómo se enfrenta la crisis se manifiesta en las políticas compensatorias para que el alumno no abandone el sistema educativo”, consideró el legislador.
“El presupuesto 2003 de la ciudad refleja estas prioridades”, aseguró Filmus.
Los chicos que sufran condiciones socioeconómicas difíciles serán beneficiados con un sistema de becas “porque el proyecto no está hecho con la idea de punir a los padres”, aseguró el secretario. “Cuando asumimos no había becas estudiantiles para chicos de las escuelas medias. Este año habilitamos 21 mil becas, 13 mil ya se distribuyeron y están pendientes ocho mil más del gobierno nacional.” En tanto, Bravo explicó que “el mayor problema son los 18 mil jóvenes de 15 a 20 años que están fuera del sistema educativo y que además no tienen trabajo. Es una población de alto riesgo y la estrategia de contención debe darse dentro del marco de la escuela”.
Sin contar la abstención de la legisladora por Izquierda Unida, Vilma Ripoll, la ley se votó por unanimidad, ya que contó con el apoyo de radicales, frepasistas, justicialistas y socialistas. “Es un triunfo de la educación. Estoy muy agradecido con los legisladores que supieron superar las diferencias y votaron por unanimidad”, comentó Filmus.
Desde ahora y hasta dentro de cinco años el gobierno porteño está comprometido a implementar programas de promoción y apoyo a la escolaridad, en las escuelas públicas de gestión oficial, brindar asistencia técnica y pedagógica a los efectos de aumentar la retención y reducir la tasa de repitencia y establecer reformas curriculares y procesos de formación continua del personal docente para mejorar lacalidad educativa del nivel medio. El objetivo final es que para el 2007 los 18 mil adolescentes que hoy están fuera de la escuela ingresen al sistema escolar.