El ex vicepresidente de la petrolera Pdvsa, Diego Uzcátegui Matheus, y su hijo Daniel Uzcátegui Specht, quedaron en un callejón sin salida en la causa sobre la valija de Guido Antonini Wilson. Tendrán que venir a la Argentina para ser indagados como sospechosos y si no aparecen en Tribunales el 28 de mayo, el juez Daniel Petrone ordenaría su captura internacional. Los venezolanos pretendían declarar por escrito y vía exhorto, pero ayer la Sala B de la Cámara en lo Penal Económico descartó de plano esa posibilidad al rechazarles un recurso de queja.

Los Uzcátegui están acusados de ser partícipes de contrabando agravado y lavado de dinero en el intento de ingresar al país un maletín con 800 mil dólares que llegó en manos de Antonini. Ya faltaron a tres citaciones judiciales, que fueron esquivando desde febrero con varias estrategias de su abogado argentino, Hugo Pinto. La última vez pidieron declarar por escrito desde Venezuela, pero Petrone, el nuevo (y definitivo) juez del caso, les dijo que no. Recurrieron a la Cámara y tampoco les fue bien.

“No se advierte cuál podría ser el perjuicio definitivo que podría causarles lo dispuesto por el juzgado de la instancia anterior, ni que lo proveído constituya un impedimento para el ejercicio del derecho de defensa en juicio”, dijeron los camaristas Carlos Pizzatelli y Marcos Grabivker. Roberto Hornos recordó que la Cámara ya afirmó con anterioridad como “criterio general” que “nadie tiene derecho...a fijar a su antojo el lugar en que se lleve a cabo el acto de la declaración indagatoria”.

Uzcátegui padre dirigía la filial argentina de Pdvsa. Su hijo venía en el vuelo alquilado por Enarsa donde viajaron los 800 mil dólares detectados en la inspección aduanera en el Aeroparque el 4 de agosto del año pasado. El chico, de 20 años, se quedó con Antonini hasta el último minuto, mientras le abrían la valija llena de billetes.

En el mismo jet venían el ex titular del Organo de Control de Concesiones Viales Claudio Uberti, su ex secretaria Victoria Bereziuk, tres ejecutivos de Pdvsa y el titular de Enarsa, Exequiel Espinosa. Según el testimonio que Bereziuk dio en la causa, los arreglos para que Antonini y Uzcátegui Specht subieran al vuelo se hicieron durante un almuerzo en Caracas el 3 de agosto, el día previo a la partida. Habría sido a pedido de Uzcátegui padre en acuerdo con Uberti, por entonces encargado de los negocios petroleros con Venezuela. Según la investigación que se sigue en Estados Unidos, el dinero, en efecto, venía de Pdvsa.

Uberti tiene pedido de indagatoria de los fiscales María Luz Rivas Diez y Mariano Borinsky. Su ex secretaria dijo que mantuvo contactos telefónicos diarios con Antonini (que incluso estuvo en la Casa Rosada con los Uzcátegui) después del episodio en aeroparque.

La versión de los venezolanos es que el joven Uzcátegui era un simple asistente de Antonini, que viajó con ayuda de Uberti. Si se presentan ante Petrone no está descartado que queden detenidos por la gravedad de los delitos. Si se pide la captura, Venezuela tendría que resolver su extradición. Mientras tanto, Antonini sigue protegido por Estados Unidos, en algún punto de ese país, mientras la Justicia argentina lo reclama.