El ex presidente Eduardo Duhalde y el ex gobernador de Córdoba José Manuel De la Sota posaron anoche para la foto que no se sacaron en 2003, cuando el bonaerense finalmente impulsó a Néstor Kirchner como candidato del PJ para enfrentar a Carlos Menem. En la sede del Movimiento Productivo Argentino (MPA), los elogios que circularon de un lado al otro sonaron como un arrepentimiento de aquella decisión y las críticas compartidas al matrimonio presidencial reforzaron esa idea. “La cosa se está poniendo fea para el campo argentino –dijo Duhalde, que sólo hizo una breve introducción–. Parece que no hubiera solución. De todas maneras, es un alegría que esto esté en el Congreso. Aunque es lamentable que hayan transcurrido más de cien días en advertir que éste era el camino que correspondía.”

El ciclo de “clases” del MPA –que tiene como presidente honorario a Duhalde– reclutó desde su inicio, a fines de marzo, a figuras del PJ opositor, como el gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, el ex secretario de Hacienda Jorge Sarghini o el ex embajador en EE.UU. José Octavio Bordón, entre otros.

Ayer, cuando le tocó su turno, De la Sota no ahorró críticas a Kirchner ni a la Presidenta. “Pareciera ser que los que hoy ejercen el Poder Ejecutivo nacional necesitaran dividir a los argentinos entre los buenos y los malos, entre los pobres y los oligarcas”, dijo el cordobés.

El comienzo de la clase se demoró debido a reiterados y prolongados cortes de luz en el edificio, provocados por los equipos de aire acondicionado instalados para evitar el sofocón sufrido en otros encuentros. Otro corte de energía, aún después de desconectar la refrigeración, dejó a De la Sota en medio de su exposición, secándose el sudor ante la tenue luz de una cámara de TV. Para su suerte, fue breve el tiempo que tuvo que gritar porque los micrófonos no funcionaban. “Quien hoy preside al PJ –continuó– tiene que entender que el PJ no tiene dueños, que no aceptamos un partido con pensamiento único, con componentes estalinistas, donde se discrimina a los que piensan distinto.”

Junto a De la Sota estaban Duhalde y Carlos Brown, presidente del MPA. En primera fila y a los costados del escritorio escuchaban atentos Jorge Pereyra de Olazábal, de la UCeDé; Cristian Ritondo, de PRO, y los duhaldistas Daniel “Chicho” Basile y Miguel Angel Toma. Aquellas críticas a la nueva conducción del PJ dieron cuenta de la formación de una línea interna en el partido, organizada por Duhalde y dispuesta a presentar batalla. “No estamos dispuestos a permitir que nadie estrelle al justicialismo en una aventura de confrontación permanente que divida a la sociedad y que nos haga sufrir a todos lo que ya sufrimos”, advirtió el cordobés, ganándose los aplausos de la tribuna.

Además, De la Sota le pidió a Kirchner que “sofrene su actividad” porque “perjudica al Gobierno” y agregó que no ve “con agrado que pretenda gobernar a través de tercera persona, ejerciendo un cargo para el cual pudo haber sido votado y no quiso serlo”. El ex gobernador defendió la posición de los ruralistas e insistió con la necesidad de “construir un verdadero país federal”. “El campo –sostuvo– vuelve a su casa con una derrota parlamentaria, pero con la alegría de haber desatado una cuestión pendiente. Ellos comenzaron protestando por un impuestazo y terminaron dándose cuenta de que era necesario construir un país donde los intendentes no estén dibujados, donde los gobernadores no le tengan miedo al látigo, ni a la chequera del presidente.” Para terminar, el presidente del PJ cordobés vaticinó “una caída de la cosecha de trigo” este año, y precisó que la baja rondará el 30 por ciento: “La cosecha de trigo caerá y no la levantará nadie porque nadie la sembró.”