EL PAíS › EL VATICANO RENUNCIO AL CUESTIONADO OBISPO STORNI DE SANTA FE
“No hay que temerle a la verdad”
Al mismo tiempo que anunció la aceptación de la renuncia del obispo denunciado por abusos sexuales, el Vaticano designó a monseñor Moisés Blanchoud (79 años) para hacerse cargo de esa Diócesis.
Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe
El Vaticano oficializó ayer lo que ya era un secreto a voces en Santa Fe. El papa Juan Pablo II aceptó la renuncia del arzobispo Edgardo Gabriel Storni, quien arrastró a todos sus vicarios: monseñor Hugo Capello, Mario Grassi y Edgar Stoffel; los tres imputados por la supuesta encerrona al padre José Guntern. Y encargó la transición a un administrador apostólico: monseñor Moisés Julio Blanchoud (esperancino, 79 años) que gobernará la Arquidiócesis hasta que se defina el sucesor. Blanchoud tiene oficio: ejerció 24 años como obispo de Río Cuarto y luego 16 como arzobispo de Salta, hasta que en 1999, retirado de la jerarquía eclesiástica, regresó a Santa Fe como capellán de parroquia. “Nunca hay que tenerle miedo a la verdad. El Evangelio lo dice clarito: ‘La verdad nos hará libres’”, dijo en su primer mensaje a la feligresía santafesina.
Blanchoud se enteró el sábado de que sería designado para reemplazar a Storni, pero mantuvo el secreto hasta ayer. “El nuncio apostólico (monseñor Santos Abril y Castello) me lo comunicó cuando terminamos la asamblea extraordinaria de la Conferencia Episcopal Argentina en La Montonera, en Pilar. El estuvo todos los días allí, ya me había llamado un día para conversar pero, claro, uno no se imagina semejante cosa”, relató. El cura regresó el mismo sábado a Santa Fe con la promesa de que el nuncio lo llamaría el lunes a la noche para oficializar la noticia. Pero el teléfono no sonó. Hasta ayer, cuando Blanchoud se enteró de que la agencia AICA había difundido el comunicado oficial de la Nunciatura. “Siempre hay que tomar los acontecimientos con mucha serenidad para conocer bien la realidad que se tiene por delante. Y después es lógico que tengamos que trabajar por la unión, la comprensión, pero siempre sobre la base de la verdad”, dijo ni bien terminó la misa de la mañana.
–Dicen que usted es prenda de unidad de la Iglesia santafesina.
–Voy a tratar de acompañar a todos con la ayuda de Dios y la ayuda de todos, sacerdotes, religiosos, fieles, las instituciones y aun de la gente que no participa de nuestra fe. Viene bien poder realizar lo que San Pablo decía en la carta a los egipcios: “Hay que obrar la verdad en la caridad para que estemos unidos” –respondió.
Blanchoud evitó hablar sobre Storni. “Tenía una relación normal de hermano en el Episcopado. Siempre me acuerdo de que él me recibió con mucha bondad (después de su retiro como arzobispo de Salta), me ofreció una capellanía que fue tocar el cielo con las manos.Ahí puedo vivir intensamente mi sacerdocio.”
–¿Y qué opina sobre lo que ocurrió?
–No es el momento de dar opiniones. Es muy lamentable, hay que dolerse de los males que encontramos en el camino de la vida, pero no quedarnos solamente en la queja sino pensar en qué se puede hacer para salir adelante. La misión que me pide el Santo Padre es serenar los ánimos. No hay que apurarse.
–¿Cómo califica este momento?
–Lo primero es serenar los ánimos. Si en un incendio todos intentamos salir por la misma puerta, nos arruinamos y agravamos la situación. Primero: serenidad. Segundo: hay que hacer un gran esfuerzo para que se devele la verdad, no hay que emitir juicio de valor antes de conocer bien la realidad. Y después asumir esa realidad y tratar de corregir los errores que pueda haber. Nunca hay que tenerle miedo a la verdad. El Evangelio lo dice clarito: “La verdad nos hará libres”.
Blanchoud definió la tarea que le espera con estilo campechano. “Tengo 79 años, ya me han hecho probar el caramelito del retiro durante tres años y ahora me vuelve de nuevo, no quiero decir la carga sino una gravísima responsabilidad. Pero me pongo en las manos de Dios. Tal vez se comienza a vislumbrar el camino de la salida de esta situación. Acuérdense bien, hay que obrar la verdad en el amor para que estemos unidos. Es lo que dice San Pablo”, recomendó.