Felipe Solá volvió sobre sus pasos. El miércoles por la noche, en medio de rumores cruzados sobre su expulsión del bloque oficialista, el bonaerense convocó a una conferencia de prensa para primera hora de ayer, en la que –según sus colaboradores– anunciaría su ruptura definitiva con la bancada K. Pero la decisión se desinfló antes del promocionado anuncio. “No tienen la noticia de mi salida porque no la hemos dado”, aclaró el diputado frente a los periodistas en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso. “Hay una situación de distanciamiento que no podemos disimular y que no disimulamos, evidenciada por declaraciones del jefe del propio bloque”, admitió Solá aferrándose a las palabras de Agustín Rossi.

El jefe de los diputados K había dicho que la actitud de Solá de seguir en el bloque y votar reiteradamente en contra de los proyectos oficiales es “esquizofrénica”, aunque también habían descartado sancionar a Solá y al resto de los díscolos. “Nosotros no vamos a echar a nadie ni convalidar su estrategia de victimizarse para llevar agua hacia sus propio proyecto político”, habían afirmado desde la conducción de la bancada K. “Que se vaya solo”, ratificaron. De todas maneras, el ex gobernador bonaerense con aspiraciones presidenciales afirmó que piensa “discutir” con las autoridades del bloque sobre cuál va a ser su “destino”. En realidad, Solá postergó su ruptura por lo raleado de su tropa, con la que pensaba rodearse ante las cámaras de TV y flashes fotográficos. Cerca del bonaerense afirman que “varios” diputados estaban en el exterior, pero que “Felipe se lleva (del bloque K) entre ocho y diez diputados”. Entre ellos estarían Beatriz Halak (Córdoba), Jorge Arriaga (Río Negro), Zulema Daher (Salta) y Jorge Villaverde (Buenos Aires). Pero ayer sólo lo acompañaba el mendocino Enrique Thomas. Tras su frustrada disputa por cargos relevantes en la Cámara baja, Solá no soportaba el ostracismo al que lo habían condenado dentro del bloque K. Comenzó a distanciarse y enfrentó al kirchnerismo en medio de la pelea con los ruralistas con un proyecto propio en contra de las retenciones móviles y luego renunció a la presidencia de la Comisión de Ciencia y Tecnología. Había regresado al redil con el apoyo al Presupuesto 2009. Pero las cartas están echadas.