Lunes, 10 de noviembre de 2008 | Hoy
EL PAíS › CONCLUYó EN SAN PABLO LA REUNIóN DEL G-20 PREPARATORIA DE LA CUMBRE DEL PRóXIMO SáBADO
Los ministros acordaron impulsar una acción coordinada para evitar que la crisis financiera desemboque en una depresión e instaron a una reforma del Banco Mundial y el FMI. Las naciones subdesarrolladas apuran los tiempos.
El Grupo de los 20, conformado por países ricos y emergentes, acordó ayer en San Pablo una acción coordinada para evitar que la crisis financiera mundial desemboque en una depresión económica, e instó a una reforma del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional que contemple una mayor participación de las naciones subdesarrolladas en sus decisiones. La reunión de ministros de Economía y Finanzas pidió reaccionar con “urgencia” y, aunque no dispuso medidas concretas, dio un amplio aval a las transformaciones de cara a la cumbre de presidentesconvocada para el sábado próximo en Washington.
“Esas resoluciones deberán demorar unos tres meses. Lo que se dio aquí fue un impulso político, indicadores para que las cuestiones sean profundizadas en la cumbre de jefes de Estado y de gobierno”, explicó el coordinador de la reunión, el ministro de Economía de Brasil, Guido Mantega. “Modificar el sistema surgido en Bretton Woods no será nada fácil. Vamos a tener que cambiar la rueda del automóvil andando”, dijo Mantega en conferencia de prensa junto a su colega de Sudáfrica, Trevor Manuel, y al subsecretario del Tesoro británico, Stephen Timms.
El G-20, surgido en 1999 tras la crisis asiática, encontró un fuerte respaldo de sus miembros para erigirse como un impulsor de propuestas para contrarrestar la crisis surgida en Estados Unidos. Entre los países emergentes que integran la instancia que deliberó en San Pablo figuran Brasil, México y la Argentina, además de Rusia, India, China, Indonesia y Sudáfrica. Los otros miembros son: los países del G-7 (Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Gran Bretaña y Japón), Arabia Saudita, Australia, Corea del Sur, Turquía y el Banco Central Europeo.
El comunicado conjunto de la reunión, tras casi 15 horas de debates a puertas cerradas, insistió en que “las instituciones surgidas en Bretton Woods deben ser reformadas”. Esos organismos, se indicó, deben “adecuarse a los grandes cambios de la economía mundial”, mientras “los países emergentes y en desarrollo deberían tener una voz mayor”.
La graduación sobre las reformas de los organismos internacionales es el principal escollo dentro del G-20, dijo el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick. El ministro Mantega coincidió: “Surgieron divergencias sobre todo en cómo hacer las reformas. Los países emergentes quieren medidas más rigurosas que los otros”, explicó. El comunicado del G-20 también alentó a retomar la Ronda de Doha de la Organización Mundial de Comercio, a la vez que indicó que el Forum de Estabilidad Financiera (FSF) de Basilea “debe expandirse a las economías emergentes”.
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