La presidenta Cristina Fernández de Kirchner estará fuera del país por diez días –partirá el próximo jueves y regresará el domingo 23– en un viaje que tendrá dos etapas claramente diferenciadas: en Washington participará del debate de líderes mundiales sobre la crisis financiera y luego recorrerá cuatro países del norte de Africa en una misión netamente comercial.

En la capital de Estados Unidos estará dos días invitada por el presidente George W. Bush, quien convocó a los líderes del G-7 –que reúne a los países más poderosos del mundo– y a trece jefes de Estado de naciones de economía emergente. La semana pasada fue sumado a la reunión el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, por una gestión de su colega francés, Nicolás Sarkozy, que tenía dos sillas: una como presidente de Francia y otra en representación de la Unión Europea. Esta plaza se la cedió al español.

El viernes habrá una cena de honor que ofrecerá Bush a sus colegas y será la ocasión para intercambiar opiniones informales. Al día siguiente se realizará el debate, donde será importante detenerse en lo que digan los líderes del G-7 –que a excepción de Bush, que se está yendo, deberán lidiar con la crisis en 2009– y, seguramente, en cómo se contraponen a esas miradas las de los representantes de muchos países emergentes. Todo indica que la cuestión del proteccionismo en el intercambio comercial será uno de los temas centrales. Y se prevé que, entre otros temas, también estará en la agenda el control al sistema financiero.

La Presidenta ya había compartido una cena con Bush a fines de septiembre, cuando el presidente estadounidense invitó a los jefes de Estado que habían concurrido a Nueva York a la Asamblea General de la ONU.

Cristina Fernández recibió la invitación a participar de esta cumbre cuando ya estaba organizada la gira por el Norte del continente africano. Pero ambos viajes pudieron compatibilizarse: el 16 la comitiva argentina debería estar en Argelia y el encuentro en Washington termina el 15.

Además de visitar Argelia, la Presidenta irá a Túnez, Egipto y Libia. En un principio, el periplo también incluía Marruecos y Chipre, pero la visita a estos dos países se postergó para más adelante.

De la gira por el Magreb y Egipto participarán más de cien empresarios, tanto grandes productores como dueños de pequeñas y medianas empresas. Y en todos los países fueron organizadas jornadas con seminarios sobre oportunidades de comercio e inversiones entre la Argentina y cada una de esas naciones, y rondas de negocios.

Además de mantener reuniones políticas con los jefes de Estado de cada país visitado, la Presidenta tratará de dar con su presencia un visible respaldo a los empresarios argentinos, en algunos casos abriendo o cerrando los seminarios y, en otros, participando de las cenas empresariales que habrá en cada lugar, según su agenda se lo permita. De todos modos, Cancillería aún no difundió la agenda presidencial.

Del análisis comercial que hizo la Cancillería argentina se desprende que los sectores con mayores posibilidades de negocios en los cuatro países africanos son los de alimentos (en particular aceite, cereales, carne, lácteos, pescados y mariscos, miel, maní, frutas frescas, levaduras, conservas, cítricos, jugos, dulces); medicamentos, industria automotriz y autopartes, maquinaria agrícola, industria plástica, equipamiento y componentes eléctricos, textiles, madera y muebles, artículos de grifería, químicos, manufacturas de hierro y acero, máquinas y aparatos mecánicos, materiales de construcción, minería, biotecnología, gas, petróleo y cueros.

La apuesta del gobierno argentino, según afirman en la Casa Rosada, es seguir diversificando las exportaciones, sobre destinos no tradicionales, como son los casos de estos cuatro países, que año a año vienen incrementado sus compras al país. La aspiración oficial es dar un salto importante a partir de este viaje.

El comercio bilateral con Argelia aumentó casi un 400 por ciento en el período 2002/2007. Y, en el primer semestre de este año, Argentina exportó a Argelia 606 millones de dólares, cifra cercana a los 765 millones vendidos en todo el 2007.

Egipto importó de la Argentina, en el primer semestre de este año, 562 millones de dólares, cifra que ya excede el total del año pasado. Y Libia, con 129 millones de dólares, también superó en los primeros seis meses de 2008 la cifra por la que había importado de Argentina a lo largo de en todo el 2007.