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Como adora la cocina, mira el canal Gourmet. Cada tanto, además, pasa de Narda Lepes a Donato De Santis, un cocinero italiano al que suele robarle recetas de comida. En política todavía no ha llegado hasta ahí, por ahora. En los últimos días, el primo Jorge se prepara para sacarle al PJ la exclusividad de Felipe Solá.

A horas de salir de vacaciones, Jorge Macri se prepara un pescado a la parrilla. Mañana parte desde San Fernando rumbo a Tandil, en donde conserva una quinta familiar a la que acudía de niño. Suele decir que ése es su lugar en el mundo, que este verano convertirá en un búnker de campaña. El primo Jorge descansará tres días y otros tres se la pasará entre Azul, Olavarría, Ayacucho y Balcarce.

–Usted suele decir que si fuera Jorge Pérez, por ejemplo, no hubiese llegado hasta donde llegó. ¿En términos de alianzas políticas qué puertas le cerró el apellido y cuáles abrió?

–Yo tengo muy buena relación con algunos dirigentes de la Coalición Cívica o de la UCR, pero me doy cuenta que el ser Macri desde lo público a ellos les genera una distancia. Que además la recalca constantemente, por ejemplo, Carrió. Siento que hay una cuestión de prejuicio con algunos espacios, pero en otros me ha allanado sin duda mucho el camino, por ejemplo, con sectores peronistas.

–Uno de esos ejemplos es Margarita Stolbizer. Se dice que ustedes conversan algunos temas por línea privada, pero a la hora de hacerlo público ella no lo reconoce.

–A Margarita la respeto mucho, me parece una dirigente justa y muy comprometida. No tengo una relación personal, así que no me da esa dualidad, pero sí siento que para su espacio político es complejo sostener el vínculo con el macrismo. Cosa que lamento porque la verdad es que hay gente sumamente valiosa, sobre todo en el grupo de Margarita Stolbizer. Creo que los prejuicios se vencen acercándose y los que generamos prejuicios tenemos que intentar voltearlos.

–Lilita habló de un posible acuerdo con el PRO, excepto en Capital. ¿Hay alguna posibilidad concreta de una alianza con ellos?

–No. A ver, acercamiento ha habido. Estamos más cerca que antes pero no tan cerca como para imaginar que podamos plantear una acuerdo electoral, pero sí por lo menos para que acordemos algunas políticas legislativas. No veo que estemos caminado en el sentido de conformar un frente electoral. No lo descarto, pero no veo que estemos trabajando en ese sentido.

–Hace un año usted estaba haciendo campaña con Francisco De Narváez, pero parece que ahora las cosas entre ustedes están bastante mal.

–Estamos en espacios políticos distintos. A mí me hubiera gustado que siguiera trabajando con nosotros desde un espacio más macrista. El decidió tomar distancia. No está ni bien ni mal, simplemente me hubiera gustado que siguiera trabajando más cerca. Qué va a pasar en el futuro, no lo sé. Es difícil hacer futurismo en política pero hay que hacer un esfuerzo por crear un ámbito de diálogo. Y hoy la verdad no lo tenemos.

–La última: si no hay frente con la CC, ¿se puede pensar en una vertiente del peronismo?

–Sí, creo que nosotros vamos a conformar un frente con sectores del peronismo donde Felipe Solá va a tener un rol importante.

–¿Es una decisión?

–Hay una vocación de dialogar, de buscar consensos en distintos temas. Hay respeto mutuo y eso no es poco. Hay lecturas similares de la realidad y de lo que hay que hacer en la provincia. Felipe Solá fue un buen gobernador de la crisis cuando le tocó asumir. Tenemos una buena relación con él y con muchos sectores peronistas. Aspiramos a que haya sectores radicales también.

–¿Del cobismo?

–Así como hay radicales que participan del PRO en la ciudad, también hay en la provincia. Creemos que es necesario una renovación y que esto se hace con algunos sectores. No creemos en el que se vayan todos: la política se hace un poco de semillas y otro poco de gajos.