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La lógica de una decisión de Lole que sorprendió hasta a su tropa

Recibió presiones de Marín. Se sintió aprisionado en la pelea de los eternos rivales de la interna peronista. Jamás osó enfrentar al riojano. Por todo eso, desde su lecho de enfermo, envió una carta que complica aún más la situación del PJ.

Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe

Carlos Reutemann renunció ayer a la vicepresidencia del congreso nacional justicialista para zafar de la pelea Carlos Menem-Eduardo Duhalde. Intentó jugar como amigable componedor. Pero no pudo. Cuando quedó al lado del bonaerense, dio un portazo y se fue, como para demostrar que nunca termina de enfrentar a Menem.
El viraje del Lole lo llenó de presiones en su lecho de enfermo, en una clínica privada de Santa Fe, donde se repone de una gastroenteritis que lo obligará a guardar reposo el fin de semana. Hasta allí llegaron los telefonazos de varios operadores de Menem –entre ellos Eduardo Bauzá– y de algunos amigos de Duhalde, más algún cruce con quien lo sigue en la línea sucesoria en el congreso, el senador entrerriano Jorge Busti. ¿Qué harán ahora los 85 congresales santafesinos que responden a Reutemann? “Vamos a ir a Parque Norte con la idea de promover una Junta Electoral con representantes de los precandidatos del PJ y definir una fecha para la interna. El propósito es plantear una tercera posición”, dijo anoche a Página/12 un allegado al Lole. Pero hasta ahora ningún reutemista ratificó oficialmente la concurrencia.
La renuncia cierra una saga que vale la pena reconstruir. Primero recibió la carta del jefe del Consejo Nacional del PJ, Rubén Marín, quien impugnó la convocatoria de Parque Norte por “ilegal” y lo acusó de protagonizar un acto “beligerante”. Después, se internó en una clínica privada de Santa Fe con un cuadro de gastroenteritis, sin siquiera avisar a sus operadores más íntimos. Y al final declinó el cargo que le debe a Menem. Nunca terminará de confrontar con el ex presidente que lo lanzó a la arena política hace ya una década.
En su renuncia, Reutemann reivindicó la convocatoria al congreso partidario para definir la Junta Electoral y la fecha de la interna. “Mi participación en la denominada mesa chica reunida el 22 del corriente –que llamó a la frustrada cumbre del martes– fue con la única intención de contribuir a que el proceso de elección del candidato presidencial del Partido Justicialista se desarrolle con la más absoluta y clara transparencia”, escribió Lole. Y cerró la carta con un deseo, que el “órgano supremo del PJ sesione en un marco de tolerancia y respeto por todas las posiciones de sus participantes” y “pueda alcanzar pronto el consenso necesario”.
El senador Jorge Busti fue uno de los primeros en asociar la fuga política del Lole con las presiones del menemismo. “El está internado en una clínica con un problema de salud. Pero además, yo creo que se sintió mal con algunas ofensas gratuitas que recibió por participar en la reunión de la mesa chica de gente que no entendió que lo único que queremos es una Junta Electoral con representantes de los precandidatos. Una junta nueva porque la actual tiene vencido su mandato”, dijo el entrerriano a la emisora LT10.
El portazo de Reutemann sorprendió incluso a sus operadores de confianza. Veinticuatro horas antes de la impugnación de Marín y el ingreso a la clínica de Nefrología y Urología –con un cuadro de vómitos y diarrea–, el gobernador ponderó el camino elegido por la mesa chica: convocar a más de 800 congresales nacionales del PJ para renovar la Junta Electoral –con representantes de los precandidatos– y definir la fecha de la interna. “El mandato de la Junta venció el 17 de julio. Entonces, de cara a una elección lo natural y lógico sería que cada candidato tenga uno o dos representantes” en el organismo para “controlar la interna”, dijo el gobernador.
–Pero dicen que ésta es una jugada contra Menem –le preguntaron.
–No, al contrario. Cada candidato debería estar tranquilo porque tendrá sus delegados en la Junta Electoral. Si hay cuatro, cada uno tendrá quien lo represente. No lo veo como una jugada en contra de nadie –respondió.
–¿Siente que quedó atrapado en la pelea Menem-Duhalde?
–No. Porque la decisión de convocar al congreso fue tomada en la mesa que integran Duhalde, (José Manuel) De la Sota, Carlos Juárez, Jorge Busti y la senadora (Cristina) Kirchner. Al contrario, se decidió esto para transparentar una situación que me parece normal y razonable –se despachó el gobernador. Cuarenta y ocho horas después de decir eso, Reutemann abandonó su cargo. El gesto lo dice todo, vale más que las palabras.

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Carlos Reutemann había anunciado el jueves que estaba enfermo. El viernes, contagió al Gobierno.
 
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