Viernes, 6 de marzo de 2009 | Hoy
EL PAíS › DISCURSO CONCILIADOR DE CRISTINA KIRCHNER EN LA LOCALIDAD CORDOBESA DE VILLA MARIA
La Presidenta encabezó el acto para inaugurar un nuevo tramo de la autopista Córdoba-Rosario. En una zona típicamente sojera, habló de superar las antinomias. Hubo un tractorazo de protesta en algunas rutas.
“Quiero un país que quiebre la antinomia y las confrontaciones estériles.” En su llegada a la localidad cordobesa de Villa María, un distrito emblemático de la pampa gringa y esquivo tras el conflicto por las retenciones, la Presidenta desplegó un discurso conciliador, que buscó restañar las heridas que dejó esa puja. “Es necesario que los argentinos aprendamos a procesar en el marco de las instituciones y en el marco de esta democracia que tantas tragedias la precedieron las coincidencias a pesar de las diferencias”, dijo CFK. “Esta crisis es un desafío para todos los actores sociales”, sostuvo en otro momento.
Su discurso tuvo el mismo tono que exhibió en sus últimas apariciones públicas y buscó descomprimir el recibimiento que pretendían darle algunos sectores de las cámaras patronales del campo: un tractorazo en repudio a su visita. “Es una suerte que Córdoba esté actualmente tan verde para que la producción sea mayor”, dijo la mandataria. Fue un inequívoco gesto contemporizador.
La Presidenta desembarcó en Villa María acompañada por los ministros Florencio Randazzo (Interior) y Julio De Vido (Planificación); el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini; el secretario de Transporte, Ricardo Jaime (uno de los pingüinos K de origen cordobés); el intendente de la capital cordobesa, Daniel Giacomino, y varios diputados oficialistas, entre ellos la vicepresidenta de la Cámara baja, Patricia Vaca Narvaja.
Como anfitrión la recibió el intendente Eduardo Accastello, uno de los dirigentes peronistas de Córdoba que la Casa Rosada sigue mirando con mucha simpatía. La mandataria había llegado a Córdoba para inaugurar un nuevo tramo de la autopista Córdoba-Rosario. En el aeropuerto la había recibido el gobernador, Juan Schiaretti, con quien el Ejecutivo mantiene una relación repleta de idas y vueltas.
Cuando llegó el momento de hablar ante la multitud, la Presidenta volvió a advertir que el país está enfrentando el panorama económico más difícil de sus últimos setenta años como consecuencia de la crisis global. “Como Presidenta y militante política siento una inmensa responsabilidad sobre mis espaldas. Me ha tocado dirigir los destinos de este país en un momento que, tal vez, sea el más difícil en términos económicos globales de los últimos setenta años. Pero tengo la templanza, la fortaleza y las convicciones para defender por sobre todo el interés de mi patria”, aseguró Cristina Kirchner.
Desde el palco del acto, la mandataria volvió a subrayar que el terremoto financiero que comenzó con las hipotecas de riesgo hizo estallar los paradigmas neoliberales. “Vivimos un mundo en el que se ha derrumbado el mercado y no existe, donde no hay parámetros económicos y no se ve el fondo de ese vacío. Los argentinos necesitan estar más unidos y solidarios que nunca y estar junto a los intereses del pueblo, que muchas veces no es reconocido y es negado y tiene muchos sufrimientos. La crisis puede servir para entender que no puede haber colisión de intereses, que se tienen que unir todos: Gobierno, pueblo, sectores productivos”, aseguró.
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